Tres asaltantes armados atacan a una mujer que resulta ser el sargento detective Deke DaSilva, de la Unidad de Crímenes Callejeros, disfrazado. Su compañero, el sargento detective Matthew Fox, inmoviliza a dos de los asaltantes; Deke persigue al tercero hasta el andén de una estación de metro, se burla de él y lo incapacita con una bufanda. Ese día, en Londres, el terrorista Heymar Reinhardt (alias Wulfgar) pone una bomba en unos grandes almacenes. En Nueva York, DaSilva y Fox cumplen una orden de alto riesgo en el Bronx. Realizan una redada en un punto de distribución de drogas, donde descubren a policías corruptos entre los traficantes. Después de las detenciones, DaSilva se reúne con su esposa, Irene, y le dice que la ama; aunque ella rechaza inicialmente sus avances, finalmente se reconcilian.

Wulfgar se encuentra con un miembro de su red en una fiesta para recibir documentos de viaje y dinero. Al sospechar del repartidor, Wulfgar lo mata a él y a los tres agentes del Servicio de Policía Metropolitana enviados para detenerlo. Escapa, y el superintendente de la policía reprende al investigador principal, el inspector Hartman. En París, Wulfgar se encuentra con su compañero, Shakka, y se entera de que sus superiores lo condenan al ostracismo porque el atentado ha matado a varios niños. Wulfgar se somete a una cirugía facial para modificar su aspecto y decide trasladar su campaña terrorista a la ciudad de Nueva York.

El teniente Munafo transfiere a DaSilva y a Fox al recién formado escuadrón ATAC (Comando de Acción Antiterrorista), donde se encuentran con Hartman. Hartman y DaSilva chocan, ya que Hartman cree que la policía estadounidense no es lo suficientemente despiadada para enfrentarse a un terrorista como Wulfgar. Aunque duda en aprobar el asesinato de Wulfgar, DaSilva absorbe su nuevo entrenamiento y comienza a comprender al terrorista. En Nueva York, Wulfgar se muda con una azafata llamada Pam y la mata cuando descubre su arsenal. Siguiendo una pista, Munafo ordena a DaSilva y a Fox que registren todos los clubes nocturnos que la azafata había visitado. Encuentran a Wulfgar en un club nocturno y, tras un tiroteo y una persecución a pie por el metro, Wulfgar toma primero a una mujer como rehén y la utiliza como escudo humano, impidiendo que DaSilva dispare. A continuación, Wulfgar escapa acuchillando la cara de Fox con un cuchillo, lo que enfurece a DaSilva, que jura matar a Wulfgar. En el hospital, Fox amonesta a DaSilva por no disparar.

El escuadrón ATAC vigila una función de las Naciones Unidas en el Museo Metropolitano de Arte. Shakka, que se infiltra en la fiesta disfrazado, acorrala a Hartman en una escalera mecánica y lo mata. Tras secuestrar un tranvía, Wulfgar ejecuta a la esposa del embajador francés mientras DaSilva observa desde un helicóptero policial. Wulfgar exige a DaSilva que suba al tranvía para recibir a un bebé que desea poner a salvo. DaSilva se sube al tranvía aéreo y se enfrenta a Wulfgar, exigiendo saber por qué Wulfgar mató a la mujer. Wulfgar dice que la mató porque quiso; considerándose a sí mismo un orador para las personas que no pueden hablar por sí mismas, dice que todas las personas son víctimas.

La policía accede a las exigencias de Wulfgar de que un autobús le escolte a él y a los rehenes hasta un aeropuerto, donde les espera un avión. Wulfgar y Shakka se esconden entre los rehenes. Mientras suben al autobús, DaSilva pone una grabación oculta de una conferencia de Hartman en la que se denuncia a Shakka. Shakka, enfurecida, se separa de los rehenes y Fox le dispara con un rifle de francotirador. Wulfgar escapa conduciendo el autobús por una rampa hasta el East River, pero tras registrar la zona, la policía no lo encuentra.

En el piso franco de Wulfgar, ATAC encuentra información detallada sobre cada uno de los miembros del equipo y sobre Irene. Wulfgar irrumpe en la casa de Irene y la sigue hasta la cocina mientras lava los platos. Cuando se acerca sigilosamente por detrás para matarla, "Irene" se vuelve repentinamente hacia Wulfgar, revelando a DaSilva disfrazado. Cuando DaSilva apunta con su revólver a Wulfgar, éste se lanza contra él; DaSilva dispara dos veces contra el terrorista, haciendo que su cuerpo se estrelle contra la calle. DaSilva sale de la casa y se sienta junto al cuerpo sin vida de Wulfgar en la escalera de la casa de Irene.