A los treinta años y soltera, Pauline "Poppy" Cross comparte un apartamento en Londres con su mejor amiga Zoe, también profesora. Poppy es una persona de mente abierta, animada y bondadosa. La película comienza con Poppy intentando entablar conversación con un empleado de una tienda, quien la ignora, pero su actitud fría no le afecta. Mantiene su buen humor incluso cuando descubre que le han robado la bicicleta. Su principal preocupación no es conseguir una nueva ni encontrar la que le robaron, sino que no tuvo la oportunidad de despedirse de ella. Esto la impulsa a decidir aprender a conducir.

Cuando Poppy toma sus primeras clases de manejo, su actitud positiva contrasta fuertemente con la de su sombrío, intolerante y cínico instructor de manejo, Scott. Él está emocionalmente reprimido, tiene problemas de ira y se altera extremadamente por la actitud despreocupada de Poppy hacia la conducción. A medida que Poppy lo conoce mejor, se hace evidente que Scott cree en teorías conspirativas. Sus creencias están en parte relacionadas con sus opiniones racistas y misóginas, lo que le dificulta relacionarse con los demás. A Scott parece molestarle la personalidad alegre de Poppy y lo que él percibe como una falta de responsabilidad y preocupación por la seguridad al conducir. Scott se irrita especialmente por la elección de calzado de Poppy (unas botas de tacón alto), que, según él, comprometen su capacidad para conducir. Desde el principio, siente que Poppy no toma en serio sus lecciones y es descuidada.

Sin embargo, Poppy sí tiene la capacidad de ser responsable. En la escuela, Poppy observa que uno de sus alumnos está acosando a un compañero de clase. En lugar de enfadarse, se preocupa por él y toma las medidas adecuadas. Después de hablar con su alumno, llega a la conclusión correcta de que está siendo maltratado en casa. Un trabajador social, Tim, es llamado para encargarse del caso del niño. A través de las interacciones entre Tim y el alumno, este último revela que el novio de su madre lo ha estado golpeando. Tim y Poppy comienzan a salir.

Poppy, Zoe y Suzy, la hermana menor de Poppy, van a visitar a otra hermana, Helen, quien vive con su esposo en Southend-on-Sea y está embarazada. Helen resulta ser una persona muy crítica y le dice a Poppy que necesita "tomarse la vida en serio", "no emborracharse todas las noches" y planificar el futuro. Poppy responde que es feliz con su vida tal como es. Helen intenta convencer a Poppy de que sea más responsable, diciéndole condescendientemente que es demasiado infantil, pero Poppy insiste en que es feliz e ignora su consejo.

Al regresar a casa, Poppy ve a Scott de pie al otro lado de la calle frente a su apartamento, y cuando lo llama por su nombre, él sale corriendo. Cuando lo confronta, él insiste en que estaba visitando a su madre en Stevenage en el momento en que ella lo vio. Más tarde, Scott ve a Poppy con su nuevo novio, Tim, y se enfurece. Durante la siguiente clase de manejo de Poppy, Scott conduce de manera errática mientras despotrica sobre otros conductores y la sociedad. Cuando le da las llaves de su coche a Poppy, ella le dice que no está en condiciones de dar una clase de manejo y que lo llevará a casa. Scott intenta recuperar las llaves y ataca físicamente a Poppy. Ella logra escapar de su agarre, y luego, en un largo monólogo desordenado, Scott acusa a Poppy de intentar seducirlo, revelando sus sentimientos románticos por ella. Usando paciencia y comprensión para darle una lección, Poppy espera hasta que se calma, luego le devuelve las llaves y le dice que esa será su última clase.

La película termina con Poppy y Zoe remando juntas en una barca en Regent's Park, mientras Zoe le aconseja a Poppy que "no puede hacer feliz a todo el mundo". Poppy descarta alegremente el consejo y luego toma una llamada de Tim en su móvil y le pregunta: "¿Ya me extrañas?".