Un hombre se despierta en el interior de un laboratorio en una aeronave. Una científica, Estelle, le dice que se llama Henry, que ella es su esposa y que ha sido revivido de un accidente que lo dejó amnésico y mudo. Le sustituye los miembros que le faltan por prótesis cibernéticas, pero unos mercenarios dirigidos por el psicoquinético Akan asaltan la nave antes de que ella pueda sustituir la voz de Henry. Akan afirma que toda la investigación de Estelle es su propiedad corporativa. Mata a los científicos de Estelle, pero Henry y Estelle huyen en una cápsula de escape y aterrizan en Moscú. Los mercenarios les siguen y secuestran a Estelle.

Henry es rescatado por un desconocido llamado Jimmy, que le informa de que sus miembros cibernéticos se están quedando sin energía, lo que le matará si no puede recargarse. Jimmy es asesinado por policías corruptos pagados por Akan, pero Henry escapa. Se le une Jimmy -que no está muerto, pero que es un vagabundo alcohólico-, quien le informa de que uno de los socios de Akan, Slick Dimitry, tiene una bomba de carga que Henry necesita recargar. Los dos son atacados, y de nuevo Jimmy es asesinado. Henry escapa y persigue a Dimitry por Moscú antes de capturarlo. Justo cuando Dimitry le promete información, es asesinado por un francotirador. Henry retira la bomba y recibe una llamada de Jimmy, que dirige a Henry a un burdel.

Henry se encuentra con dos versiones distintas de Jimmy: una que es nerviosa y se viste como un empollón, y la otra, un maníaco sexual drogado, que le sustituye la bomba. El burdel es atacado por las fuerzas de Akan. Akan se burla de Henry sobre Estelle, que está siendo transportada por un convoy blindado, antes de expulsar a Henry del burdel. En el exterior, Henry se encuentra con otro Jimmy, un drogadicto, que le transporta hasta el convoy de Akan. Henry encuentra a Estelle y a Akan, que lo golpea con un bate de béisbol y lo entierra en el bosque.

Jimmy encuentra y resucita a Henry, sólo para ser bombardeado por un tanque. Tras matar a la tripulación del tanque y rechazar un helicóptero, Henry encuentra a otro Jimmy, que le lleva a un hotel abandonado y a un laboratorio oculto. Aquí, el Jimmy original -un científico tetrapléjico- revela que busca vengarse de Akan, que lo dejó lisiado tras el fracaso de sus propios supersoldados cyborg. Los otros Jimmys son clones -basados en aspectos de la personalidad de Jimmy- que éste puede controlar a través de unos auriculares.

Jimmy se da cuenta de que Henry ha estado transmitiendo su ubicación a Akan sin saberlo, con una fuerza de ataque acercándose, y los clones atacan a Henry. Al rechazar a Jimmy, Henry le convence para que le ayude. Henry y los clones se abren paso, matando a las fuerzas de Akan al derrumbar el laboratorio sobre ellos.

Jimmy y Henry se dirigen al cuartel general de Akan. Se abren paso hasta un ascensor, pero Jimmy resulta herido de muerte. Antes de morir, Jimmy agradece a Henry por ser un amigo, y le quita un bloqueador de memoria, restaurando gradualmente los recuerdos de Henry. Henry se abre paso hasta el piso más alto, donde es recibido por Akan y un ejército de supersoldados cyborg con los recuerdos de Henry. Los soldados persiguen a Henry hasta el tejado.

Henry acaba con todo el ejército, antes de que Akan llegue y hiera gravemente a Henry. Poco después llega también Estelle. Se revela que Estelle es en realidad la esposa de Akan. Todo lo sucedido era una elaborada treta para probar su capacidad de manipular a los soldados ciborgs para que hagan cualquier cosa para "rescatar" a su "esposa", incluyendo cometer actos terroristas.

Akan y Estelle planean marcharse en un helicóptero, dando a Henry por muerto. Henry pierde el conocimiento, pero un recuerdo de su padre lo revive y lo motiva, para aplastar las manos de Akan y, finalmente, rodear la mandíbula de Akan con su pedazo de ojo robótico, decapitándolo. Salta al helicóptero de Estelle, presentándole la cabeza de Akan. Estelle ataca a Henry, pero una bala rebota y la golpea, haciéndola salir a trompicones del helicóptero. Henry le cierra la puerta en las manos, haciéndola caer en picado hacia la muerte.