Final de Historia de un soldado

(1984)
Final de Historia de un soldado

Título original: A Soldier's Story

14/09/1984 (ES)Drama, Misterio, Bélica, Crimen101 min
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Sinopsis

En el año 1944, un sargento es asesinado en un camino solitario cerca de la base militar de Louisiana. La presión ejercida por las autoridades y por la opinión pública obliga al ejército a enviar, para que se encargue de la investigación, al capitán Richard Davenport, un abogado negro con un excelente expediente universitario.

Norman Jewison

Director

Herbie Hancock

Compositor

Ronald L. Schwary

Productor

Reparto principal

Howard Rollins

Howard Rollins

Adolph Caesar

Adolph Caesar

Art Evans

Art Evans

Robert Townsend

Robert Townsend

Denzel Washington

Denzel Washington

David Alan Grier

David Alan Grier

Como acaba Historia de un soldado

En 1944, durante la Segunda Guerra Mundial, Vernon Waters, un sargento mayor de una compañía de soldados negros, es asesinado con una pistola del calibre 45 en las afueras de Fort Neal, una base segregada del ejército en Luisiana. El capitán Richard Davenport, un oficial negro del Cuerpo de Abogados Generales, es enviado a investigar, en contra de los deseos del oficial al mando, el coronel Nivens. La mayoría supone que Waters fue asesinado por el Ku Klux Klan local, pero otros dudan.

Nivens le da a Davenport tres días para realizar su investigación. Incluso el capitán Taylor, el único oficial blanco que está a favor de una investigación completa, se muestra poco cooperativo y condescendiente, temiendo que un oficial negro tenga poco éxito. Mientras que algunos soldados negros se sienten orgullosos de ver a uno de los suyos llevando las barras de capitán, otros se muestran desconfiados y evasivos.

Davenport se entera de que la compañía de Waters formaba parte oficialmente del 221º Batallón Generador de Humo Químico. Aunque están deseosos de servir a su país, se les asignan trabajos menores en deferencia a sus homólogos blancos. La mayoría son antiguos jugadores de la liga de béisbol de negros, agrupados como unidad para jugar a la pelota con Waters como director. Su éxito frente a los soldados blancos les da una gran popularidad, y se habla de un partido de exhibición contra los Yankees de Nueva York.

James Wilkie, un sargento compañero de Waters que fue degradado por estar borracho en servicio, describe inicialmente a Waters como un estricto disciplinario, pero también como un suboficial justo y de buen carácter que se llevaba bien con los hombres, especialmente con el jovial y querido C.J. Memphis. Davenport descubre la verdadera naturaleza tiránica de Waters y su disgusto por sus compañeros soldados negros, especialmente los del sur rural.

El soldado Peterson revela que se enfrentó a Waters cuando éste les reprendió después de una partida ganada. Waters retó a Peterson a una pelea y le propinó una fuerte paliza. Entrevistando a otros soldados, Davenport se entera de que Waters acusó a C.J. del asesinato de un policía militar blanco, después de que en un registro realizado por Wilkie apareciera una pistola recién descargada bajo la litera de C.J. Waters provocó a C.J. para que le golpeara, con lo que la acusación de armas fue desestimada y C.J. fue acusado de golpear a un oficial superior.

Cuando el mejor amigo de C.J., el cabo Cobb, le visita en la cárcel, C.J. sufre una intensa claustrofobia y le cuenta a Cobb la visita de Waters, que admitió que era un montaje que Waters había hecho a otros. Davenport se entera por Cobb de que C.J., en espera de juicio, se ahorcó. En señal de protesta, el pelotón perdió deliberadamente el último partido de la temporada, y Waters quedó conmocionado por el suicidio. Taylor disolvió el equipo y los jugadores fueron asignados al 221º.

Davenport se entera de que los oficiales blancos capitán Wilcox y teniente Byrd tuvieron un altercado con Waters poco antes de su muerte. Ambos oficiales admiten haber agredido a Waters cuando éste se enfrentó a ellos en plena borrachera, pero niegan haberle matado, ya que no les habían proporcionado munición del 45. Aunque Taylor está convencido de que Wilcox y Byrd mienten, Davenport los deja en libertad.

Los soldados Peterson y Smalls se ausentan sin permiso, y Davenport obliga a Wilkie a admitir que colocó el arma bajo la litera de C.J. por orden de Waters. Waters había divulgado su racismo interiorizado a Wilkie, revelando que durante la Primera Guerra Mundial ayudó a linchar a un soldado negro que actuó como Tío Tom ante los civiles franceses. Davenport pregunta por qué Waters no atacó a Peterson debido a su pelea, y Wilkie explica que a Waters le gustaba Peterson, porque éste se defendía. Davenport hace arrestar a Wilkie justo cuando comienza una celebración improvisada, ya que el pelotón va a ser embarcado para unirse a la lucha en el extranjero.

Al darse cuenta de que Peterson y Smalls estaban de guardia la noche del asesinato de Waters, y que por tanto se les había proporcionado munición del 45 para sus pistolas, Davenport interroga a Smalls, encontrado por la policía militar. Smalls confiesa que Peterson mató al sargento Waters, como venganza por la muerte de C.J. Capturado y llevado a la sala de interrogatorios, Peterson confiesa el asesinato, diciendo "No he matado mucho. Hay que deshacerse de algunas cosas".

Taylor felicita a Davenport, admitiendo que tendrá que acostumbrarse a que los negros estén al mando. Davenport le asegura a Taylor que se acostumbrará: "Puedes apostar tu culo en eso", añade, mientras el pelotón marcha en preparación para su despliegue en el teatro de operaciones europeo.