Marina y Federica llevan cinco años de relación y parecen ser una pareja estable y cariñosa, a pesar de tener personalidades muy diferentes. Marina, ex actriz, es extrovertida y expresiva, mientras que Federica es reservada y reservada. Los problemas llegan a su pequeño paraíso cuando Marina concede una entrevista y, al ser presionada sobre su vida amorosa, menciona el nombre y la profesión de Federica. Los compañeros de trabajo de Federica se enteran de su orientación, lo que molesta a Federica. Marina, por su parte, considera que después de cinco años Federica debería poder salir del armario.

Stefano, un director que siempre ha admirado a Marina, la presiona para que acepte un papel en su última comedia, un papel que ha escrito específicamente para ella. Marina no ha interpretado un papel en 15 años, pero acepta éste, en parte porque Federica intenta con cierta torpeza que lo rechace.

Mientras tanto, por casualidad, Federica se encuentra con Marco, un viejo conocido al que no ha visto en años. Se sintieron atraídos el uno por el otro hace muchos años, pero en aquella época Federica estaba con su ahora ex marido Sergio. Mientras Marina está rodando en Milán, Federica tiene una aventura con Marco, que es descubierta por Marina a través de un mensaje de texto. Marina sigue a Federica a su siguiente cita y la interrumpe. Tras recibir un ultimátum de Marina, Federica se somete al principio a las exigencias de ésta, pero al cabo de un tiempo se da cuenta de que no puede vivir así, siempre bajo sospecha y vigilancia. Necesitando un tiempo para reflexionar sobre lo que realmente quiere, se muda, primero a casa de su hijo Bernardo, luego a su oficina y finalmente a casa de Marco.

Marina, muy afectada por este abandono, recibe el apoyo de su familia y de su ex-novia y actual asistente de trabajo, Camila. Tras decidir que fue un error aceptar el papel, Marina va a decirle al director que no puede continuar (aunque esto le dejaría en la estacada), pero se ahorra milagrosamente esta difícil conversación cuando él le dice que los financiadores han matado el proyecto.

Tras fracasar una vez más en su intento de recuperar el permiso de conducir, Federica siente que lo ha estropeado todo. En una cena con Marco en casa de Sergio y su nueva familia, mientras los dos hombres hablan con gran entusiasmo de pesca, ella se escapa y se va a casa de Marina. Marina, que siente que por fin ha superado a Federica, no quiere invitarla a entrar, así que las dos tienen un enfrentamiento en la puerta. Federica está ahora segura de que es la relación con Marina lo que quiere, pero Marina, después de detallar la horrible forma en que Federica la ha tratado, le pide seis meses para averiguar si puede volver a intentarlo.

Federica lo entiende y lo acepta, pero cuando se va, Marina cambia repentinamente de opinión y, bajando corriendo varios tramos de escaleras, le dice a Federica que seis meses es demasiado tiempo. Las dos comparten un apasionado beso.