La película de terror de Netflix Cosas oídas y vistas es una inusual mezcla de thriller policíaco, terror sobrenatural y reflexiones filosóficas basadas principalmente en las teorías de Emanuel Swedenborg y las pinturas de George Innes, que a su vez se inspiraron en Swedenborg.

Lo que comienza como una saga sobre una pareja infelizmente casada que se muda a una casa embrujada se convierte en un horror existencial con un final disparatado. Pero no temas, estamos aquí para desmenuzarlo.

George (James Norton) y Catherine (Amanda Seyfried) se mudan con su pequeña hija Franny a un pequeño pueblo cuando George consigue un trabajo como profesor en la universidad local. Casi tan pronto como se mudan, empiezan a ocurrir cosas extrañas en la casa y un penetrante olor a gasolina llena su habitación por la noche.

Se revela que los anteriores propietarios de la casa cometieron un asesinato-suicidio: Calvin Vayle mató a su esposa Ella Vayle y a sí mismo (utilizando los gases del coche), dejando huérfanos a sus dos hijos Eddie y Cole.

Además de que la casa está embrujada, se hace evidente rápidamente que George no es un buen hombre. Empieza a engañar a su mujer con Willis (Natalia Dyer) y muestra un comportamiento casualmente amenazante con la nueva amiga de Catherine, Justine (Rhea Seehorn). También nos enteramos de que afirmó fraudulentamente que pintaba cuadros hechos por su difunto primo y también falsificó una carta de recomendación de su universidad para conseguir su actual trabajo.

La intolerancia con respecto al trastorno alimentario de su esposa y un comentario fuera de lugar que hace sobre que Justine come mucha lasaña (¡!) también podrían indicar que George tiene algo que ver con la enfermedad de Catherine (aunque es un poco exagerado).

Acorralado cuando su jefe Floyd (F. Murray Abraham) descubre que su carta de recomendación era falsa, George decide asesinarle empujándole de su barco, lo que también consigue que parezca un ataque al corazón. Entendemos que en este punto George está siendo incitado por el espíritu malévolo masculino de la casa: el del asesino Sr. Vayle.

De vuelta de ahogar a su jefe, George se encuentra con Justine. Todavía está empapado por haber saltado por la borda y nadar hasta la orilla para disimular su participación en el asesinato de Floyd. Para entonces, Justine también ha visto el pañuelo que hizo alrededor del cuello de la joven amante de George, Willis, y se enfrenta a él por ello. George sabe que Justine fue testigo de su conversación con su antiguo profesor de la universidad que apuntaba a la falsificación de la carta de recomendación. Sabiendo que ella es otro cabo suelto, saca su coche de la carretera, dejándola en coma.