Sam y Alex son una pareja recién comprometida que se traslada a Los Ángeles para impulsar sus carreras. Sam es un estudiante de medicina recién graduado que comienza su residencia en psiquiatría, mientras que Alex está terminando su tesis doctoral sobre genómica. La pareja, relativamente sencilla y en ascenso, planea alojarse en la casa vacía de la madre de Sam, Jane, una productora discográfica de espíritu libre en el barrio de Laurel Canyon de Los Ángeles.

Sin embargo, en un cambio de planes, Jane sigue por aquí, grabando un disco con su novio británico, Ian McKnight, y su banda.

Jane e Ian están en medio de un fogoso romance, y tanto el productor como la banda parecen más interesados en salir de fiesta que en terminar el disco. La presencia de Jane es una fuente de consternación para Sam, ya que él y su madre tienen mentalidades muy diferentes y una relación tensa.

Las nuevas opciones de estilo de vida que presenta su futura suegra intrigan a la normalmente trabajadora Alex, que empieza a pasar más tiempo con la banda y menos con su disertación. La creciente fascinación de Alex por Jane e Ian lleva a una escena en la que los tres se besan desnudos en la piscina.

El propio Sam se siente atraído por una compañera de residencia israelí, Sara, que también está interesada en él sin reparos. Comparten un primer beso mientras regresan de una reunión informal de internos, más o menos al mismo tiempo que Alex tiene su primera cita con Jane e Ian en la piscina. Algún tiempo después, mientras Alex asiste a la fiesta de Jane e Ian celebrada en una abarrotada suite de hotel para festejar el lanzamiento del nuevo álbum de la banda, Sam y Sara se encuentran en un aparcamiento y, en una conversación llena de tensión sexual, declaran su atracción mutua.

La situación tensa la relación de Sam y Alex casi hasta el punto de romperse al final de la película. Una vez que la fiesta ha terminado y los tres se quedan solos en la suite, Ian intenta "terminar" (según sus palabras) su encuentro con Alex y Jane, pero ésta decide no hacerlo y el trío no se lleva a cabo. Al volver a casa tras su conversación con Sara, Sam decide ir al hotel y descubre a Jane, Ian y Alex escasamente vestidos en el dormitorio. En un arrebato de ira, golpea repetidamente a Ian, golpea a su madre con el codo cuando ésta intenta separar la pelea y abandona el hotel, pero Alex le persigue por la calle y le profesa su amor.

A la mañana siguiente, la situación parece volver a la normalidad. Pero Sara llama por teléfono a Sam y le dice que no puede controlar su corazón, al contrario de lo que le dijo el día anterior. Sam observa su entorno, pospone cualquier otra conversación y se toma un momento de reflexión.