En la casa vive una joven pareja (heterosexual) de San Francisco, Brian (Gunner Wright) y Kelly (Sara Fletcher). Ya tienen una hija, Sarah (Mykayla Sohn), pero Kelly quiere tener otro hijo, sólo que Brian, carpintero y ebanista, es tan adicto al trabajo que nunca está en casa el tiempo suficiente para que los dos se pongan a ello.

Brian le vende la idea de mudarse al campo diciéndole que estarán más solos, que habrá menos distracciones relacionadas con la ciudad y, por tanto, más tiempo para las "noches de adultos" que necesitan para dejarla embarazada.

Su matrimonio está en crisis: han estado viendo a una terapeuta de pareja en San Francisco, pero no podrán seguir viéndola cuando se muden a cientos de kilómetros de distancia, así que les dice que graben diarios de vídeo hablando por la noche y le da a Brian una bola amarilla con una cara sonriente para que la apriete cada vez que esté estresado.

Uno de los grandes problemas de su matrimonio es que Kelly trabaja como masajista, y Brian está celoso de que ella tenga clientes masculinos atractivos, pierda el control y, por tanto, se acueste con ellos.

En un momento dado, la pareja recibe la visita de la hermana de Kelly, Jamie (Brittany Falardeau), que lleva consigo a su hijo Mason (Thomas Rand), que tiene más o menos la edad de Kelly, y ya han empezado a suceder cosas extrañas en la casa.

Kelly se ha llevado un susto de muerte por una aparición que resulta ser su hija Sarah poniéndose una sábana en la cabeza y fingiendo ser un fantasma - sólo que ella ve la aparición más tarde cuando no es su hija - y cuando están jugando juntos Mason entra en el sótano y la puerta se cierra tras él; Sarah es acusada de encerrarlo pero no lo hizo - algún tipo de fuerza siniestra lo hizo.

Brian empieza a ponerse más celoso y más violento; acusa a Jamie, la hermana de Kelly, de haber tenido un encuentro sexual con Clark (Raphael Thompson), el atractivo vecino de al lado y que también es el jefe de las fuerzas del orden de la comunidad. "¡Engañaste a tu marido y lo hiciste en nuestra casa!" Jamie responde recogiendo a Mason y marchándose.

Mientras tanto, Brian tiene su propia aventura con Ellen, la mujer de Clark (Nikki Alexis Howard), o al menos un "encuentro" rápido en el suelo del garaje que él ha convertido en su taller de carpintería y donde pasa las noches haciendo armarios y mesas para los lugareños; Ellen ha estado coqueteando con él desde el momento en que él y Kelly llegaron allí y les dejó un pastel recién horneado.

No es sorprendente que las acciones de Brian se vuelvan cada vez más locas a medida que avanza la película, hasta el punto de que lo vemos blandiendo objetos afilados como hachas, cuchillos y cinceles, y escondiéndolos en un armario de su taller y tirando la llave para no poder llegar a ellos si tiene la tentación de usarlos. (Así es un hombre atractivo en una película de Lifetime: casi siempre resultan ser los villanos)

La acción que vimos en la primera escena es que el director del instituto vivía en esa casa y era un miembro decente, normal y totalmente respetado de esa comunidad hasta que se volvió loco esa noche de Hallowe'en de 1957 y abusó, torturó y asesinó. Las víctimas permanecieron en el terreno como fantasmas, decididos a hacer que las personas que vivían en la casa se asesinaran entre sí para que los fantasmas, que se alimentan del dolor y la muerte de otras personas, pudieran ser felices haciendo a todos los demás miserables.

La historia termina con el incendio de la casa, Kelly y Sarah salen sanas y salvas, pero Brian, atrapado en su taller, se quema y muere, y parece que vamos a tener un final feliz, con Kelly y Sarah regresando a San Francisco y a la vida urbana en la que ambas se sentían más cómodas, sólo que un policía la interroga y llega a la conclusión de que Kelly realmente provocó el incendio y asesinó a su marido por los 3 millones de dólares del seguro de vida que tenían.

No llegamos a saber qué le ocurre, si es liberada o encerrada en la cárcel, como la última mujer que vivió en esa casa, que bajo la influencia de los espíritus malignos que la perseguían mató a toda su familia dándoles de comer veneno para ratas (Kelly la entrevistó en la cárcel y dijo que su teléfono sonó y la apartó de hacer eso, pero de alguna manera los fantasmas llegaron a su familia de todos modos y se comieron la comida envenenada, que ella ya había tirado, y murieron).

Al final, vemos una escena con otro marido, la hija, que es una especie de punk porque tiene el pelo largo y negro, lleva los labios pintados de negro y va vestida con un traje de cuero negro, mira a la cámara de la misma manera que lo hacía Sarah, lo que indica que los fantasmas del sótano siguen rondando por el lugar y van a atrapar a esta familia también.