Rachel (Emily Blunt) es una alcohólica cuyos brotes violentos durante sus bajones llevaron a su marido a engañarla y divorciarse de ella. Ha perdido su trabajo, pero todavía coge el tren a la ciudad todos los días, desde donde mira su antiguo vecindario y crea una historia personal para una pareja casada que ve cuando pasa.

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Después de ver a la mujer besando a otro hombre, Rachel se enfurece, ya que le recuerda a su marido engañándola.

Enfadada, se baja de la parada para hablar un poco con la mujer y se despierta sin recordar la noche anterior. Cuando la policía sospecha que ella mató a la mujer, acude al marido de la mujer y le cuenta que vio al hombre besarse con otra desde el tren.

Mientras Rachel intenta resolver el misterio de lo que sucedió esa noche, se entera de que su ex esposo estaba teniendo un romance con la mujer asesinada, que trabajó temporalmente como una niñera para él y su nueva esposa. Él fue quien la mató cuando ella le confesó que estaba embarazada de su hijo.

Rachel casi es asesinada por su ex marido cuando va a su antigua casa para advertir a su actual esposa, pero Rachel lo mata primero, en defensa propia.