En la película "La imatge permanent" (2023), dirigida por Laura Ferrés, el final revela temas relacionados con la soledad, la memoria y las decisiones que toman las mujeres a lo largo de diferentes generaciones. La historia sigue a Carmen, una directora de casting solitaria que se encuentra con Antonia, una madre adolescente que desapareció 50 años antes, y cuya impulsividad afecta la vida de Carmen.

En el desenlace, la relación entre ambas mujeres sirve como un reflejo de cómo los fantasmas del pasado pueden irrumpir en la vida actual, explorando cómo la historia personal de Antonia influye en la vida presente de Carmen. El final es intencionadamente abierto y agridulce, y deja al público con una sensación de incertidumbre sobre las consecuencias de las decisiones tomadas por ambas mujeres. La película mezcla elementos de drama costumbrista con momentos de humor oscuro, jugando con la idea de las conexiones humanas y la permanencia de ciertos recuerdos y decisiones.

Es una reflexión íntima sobre el paso del tiempo y cómo las historias personales se entrelazan, muchas veces sin que los personajes comprendan completamente el impacto de sus acciones​