Will (Logan Marshall-Green) es invitado a la casa de su ex mujer, Eden (Tammy Blanchard), y su nuevo marido en Los Ángeles. Ha perdido el contacto con Eden y sus amigos mutuos porque estaba lidiando con el dolor de la perdida de su pequeño hijo que causó su divorcio.

Se revela que Eden conoció a su esposo en un retiro en México para una secta llamada La invitación, que le lava el cerebro a las personas para que olviden sus experiencias traumáticas; dos de los invitados también son miembros de la secta.

Will comienza a sospechar que están planeando algo peligroso, pero cuando intenta advertir a los demás, sospechan que está actuando por el dolor.

Al final, las sospechas de Will son correctas y los cuatro miembros de la secta estaban planeando envenenar a todos con vino. Will evita que todas las personas menos una beban, por lo que los miembros se aventuran a matar a todos y cada uno de los invitados de la fiesta, junto a ellos mismos, para que puedan pasar a otro mundo.

Will, su novia y uno de sus amigos sobreviven y se enteran de que todos los miembros de esta secta estaban llevando a cabo el mismo suicidio en masa esa misma noche.