Ambientada a finales de los años 50, la película se abre con una narración explicativa en off. Florence Green, una viuda, ha decidido abrir una librería en la pequeña ciudad costera de Hardborough, Suffolk, adquiriendo como local la Old House, una propiedad húmeda y abandonada que lleva muchos años vacía.

Tras reformarla e instalarse en ella, se entera de que Violet Gamart, una influyente y ambiciosa residente local, había destinado la Old House a su propio proyecto, un centro artístico local, proyecto que no tiene intención de abandonar aunque la propiedad ya no esté vacía. Con la ayuda de varios vecinos del pueblo, la Sra. Gamart intenta que Florence sea desalojada y la tienda cerrada.

El negocio de Florence va lo suficientemente bien como para que necesite la ayuda en la tienda de Christine, la joven hija de un vecino. Christine es muy eficaz, aunque dice que no le gusta mucho leer. Su mejor cliente es el acaudalado recluso librero Edmund Brundish, que empieza a sentir algo por Florence cuando ella le presenta nuevos autores, especialmente Ray Bradbury. Al enterarse de las amenazas que se ciernen sobre el negocio de Florence, sale de su reclusión, visita a la señora Gamart y le dice con firmeza que desista. El esfuerzo que supone hacerlo es demasiado para él, y se derrumba y muere.

El sobrino de la Sra. Gamart, miembro del Parlamento, patrocina un proyecto de ley que faculta a los ayuntamientos a comprar cualquier edificio histórico que lleve cinco años sin utilizarse. El proyecto de ley es aprobado, la Casa Vieja es comprada obligatoriamente y Florence es desalojada sin indemnización. Derrotada, se marcha de la ciudad en ferry y Christine la despide del muelle. Mientras el barco se aleja, Florence se da cuenta de que Christine ha prendido fuego a la vieja casa con un calentador de parafina.

La escena cambia al presente y queda claro que la narradora es la Christine adulta, que ahora dirige su propia librería.