Final de La mirada del otro
(1998)
Final de La mirada del otro (1998)
Título original: La mirada del otro
Sinopsis
Cada vez más insatisfecha, Begoña acumula anotaciones en su diario con la falta de método de un investigador agotado. Begoña no quiere ser una superwoman de los noventa, como parece que intentan las mujeres que la rodean. Formar una familia, competir profesionalmente o acumular bienes materiales no están entre sus planes inmediatos. Lejos de la hipocresía que intenta imponerle su acomodado medio social, no tiene escrúpulos en confesarse morbosa, práctica y voraz. Los sentimientos no entran jamás en sus planes. Pero en su lucha por verle la cara al animal que lleva dentro, Begoña se precipita en una espiral de sexo, castigo y confesiones en la que involucra a un buen número de amantes. (FILMAFFINITY)
Vicente Aranda
Director
Reparto principal

Laura Morante

Jose Coronado

Miguel Ángel García

Juanjo Puigcorbé

Sancho Gracia

Ana Obregón
Como acaba La mirada del otro
Begoña es una consultora treintañera que se ha rebelado contra su origen de clase media-alta y se ha excedido en el sexo desde su juventud. Por recomendación de su psicoanalista, lleva un diario en vídeo de sus encuentros con un aparato de vídeo del tamaño de la palma de la mano llamado "El Búho".
El día de Nochebuena, a regañadientes, Begoña va a cenar con su disfuncional familia: su severa madre, su hermano casado y su hermana pequeña. Pronto, Begoña, la oveja negra de la familia, choca con sus parientes. Se marcha bruscamente en discordia, sólo su hermana parece simpatizar con ella. Esa misma noche, en un bar, Begoña entabla amistad con Daniel, un solitario y apuesto hombre que ronda la adolescencia. La atractiva y segura de sí misma Begoña atrae su atención, pero cuando su intermitente ex novio Elio, un aventurero motero, aparece en el bar, se produce una discusión entre Elio y Daniel.
A la mañana siguiente, Begoña se despierta en su cama con Daniel a su lado. Borracha como estaba, no recuerda lo que ha pasado. Tuvieron sexo, le dice, y fue salvaje. Joven, rico y sin ninguna ocupación real, Daniel empieza a perseguir a Begoña sin descanso, pero, aunque ella se siente halagada, le ignora. No es ni mucho menos su único interés amoroso. Además de Daniel y Elio, está Ramón, compañero de trabajo y a veces amante de Begoña. Ella está cansada de él y rechaza sus avances con frialdad. Sólo Ignacio, un pintor mayor que ella, parece mantener su interés. Begoña, de edad suficiente para ser su padre, es amante de Ignacio desde hace muchos años. Aunque Daniel la ha seguido hasta la casa de Ignacio, no se desentiende de su interés por Begoña.
Cuando llega el día de Año Nuevo, Begoña acude a una fiesta y se reencuentra con sus amigos de juventud. El anfitrión es Santiago, el novio del instituto de Begoña. Ahora está casado y tiene gemelos y Begoña se pregunta cómo pudo ser su vida de esposa y madre tradicional. En la fiesta también está Marian, amiga de Begoña, que está casada con un hombre mucho más joven, pero que tiene problemas para quedarse embarazada. A petición suya, Begoña ayuda a Marian a recoger de su marido el esperma que necesita para una inseminación artificial.
El espíritu aventurero de Begoña la lleva a aceptar el reto de Elio, su amigo y a veces amante, de adentrarse en un barrio conflictivo de Madrid haciéndose pasar por una prostituta. Sin embargo, una vez allí es brutalmente violada por el proxeneta del lugar, un hombre alto y fornido vestido de mujer. Tras esta terrible experiencia, Begoña busca una vida más respetable. Volviendo a causar un revuelo con su familia, Begoña se casa con Daniel y tiene un hijo con él. Sin embargo, insatisfecha, un día decide volver al barrio de mala muerte donde fue violada, en busca de más.