Gelsomina, una joven soñadora y aparentemente algo ingenua, se entera de que su hermana Rosa ha muerto tras irse de viaje con el forzudo Zampanó. Ahora el hombre ha regresado un año después para preguntar a su madre si Gelsomina ocupará el lugar de Rosa. La madre, empobrecida y con otras bocas que alimentar, acepta 10.000 liras, y su hija, con lágrimas en los ojos, parte ese mismo día.

Zampanó se gana la vida como artista callejero itinerante, entreteniendo a las multitudes rompiendo una cadena de hierro atada fuertemente a su pecho, y luego pasando el sombrero por las propinas. En poco tiempo, la naturaleza ingenua y anticuada de Gelsomina sale a la luz, y los métodos brutales de Zampanó le sirven de contrapeso. Le enseña a tocar el tambor y la trompeta, a bailar un poco y a hacer payasadas para el público. A pesar de su voluntad de complacerla, la intimida, la fuerza y la trata cruelmente a veces; pero ella desarrolla una ternura por él que es traicionada cuando se va con otra mujer una noche, dejando a Gelsomina abandonada en la calle. Sin embargo, aquí, como en toda la película, incluso en su miseria, se las arregla para encontrar la belleza y el asombro, ayudada por algunos niños del lugar.

Finalmente, se rebela y se marcha a la ciudad. Allí observa el acto de otro artista callejero, Il Matto ("El Tonto"), un talentoso artista de la cuerda floja y payaso. Cuando Zampanó la encuentra allí, se la lleva a la fuerza. Se unen a un circo ambulante donde ya trabaja Il Matto. Il Matto se burla del forzudo en cada oportunidad, aunque no puede explicar qué le motiva a hacerlo. Después de que Il Matto moje a Zampanó con un cubo de agua, Zampanó persigue a su torturador con el cuchillo desenvainado. Como resultado, es encarcelado brevemente, y ambos hombres son despedidos del circo ambulante.

Antes de que Zampanó salga de la cárcel, Il Matto propone que hay alternativas a la servidumbre de Gelsomina, e imparte su filosofía de que todo y todos tienen un propósito - incluso un guijarro, incluso ella. Una monja sugiere que el propósito de Gelsomina en la vida es comparable al suyo propio. Pero cuando Gelsomina le ofrece matrimonio a Zampanó, éste lo rechaza.

En un tramo vacío de la carretera, Zampanó se encuentra con Il Matto arreglando una rueda pinchada. Mientras Gelsomina observa horrorizada, los dos hombres comienzan a pelear; la pelea termina después de que el hombre fuerte golpee al payaso en la cabeza varias veces, haciendo que el tonto se golpee la cabeza con la esquina del techo de su coche. Mientras Zampanó regresa a su motocicleta con una advertencia para que el hombre cuide su boca en el futuro, Il Matto se queja de que su reloj está roto, luego tropieza en un campo, se desploma y muere. Zampanó esconde el cuerpo y empuja el coche fuera de la carretera, donde estalla en llamas.

La matanza rompe el espíritu de Gelsomina y se vuelve apática, repitiendo constantemente: "El Loco está herido". Zampanò hace algunos pequeños intentos por consolarla, pero en vano. Temiendo no poder seguir ganándose la vida con Gelsomina, Zampanò la abandona mientras ella duerme, dejándole algo de ropa, dinero y su trompeta.

Algunos años más tarde, escucha a una mujer que canta la misma melodía que Gelsomina tocaba a menudo. Se entera de que el padre de la mujer había encontrado a Gelsomina en la playa y la había acogido amablemente. Sin embargo, ella se había consumido y había muerto. Zampanó se emborracha, se pelea con los lugareños y se dirige a la playa, donde rompe a llorar.