Andrew Crocker-Harris (Albert Finney) es un veterano profesor de griego y latín en una escuela pública británica. Después de casi 20 años de servicio, se ve obligado a jubilarse con el pretexto de su salud, y tal vez ni siquiera le den una pensión. Los demás profesores no le quieren o le ignoran, y sus alumnos temen su implacable y estricta disciplina, y se aburren con sus métodos de enseñanza dictatoriales, pero monótonos y poco inspiradores. Su joven esposa Laura (Greta Scacchi), a la que ha descuidado sexual y emocionalmente, le es infiel y ahora vive para herirle de cualquier manera. Ella tiene un romance con Frank (Matthew Modine), un joven y entusiasta profesor de ciencias estadounidense que goza de gran popularidad entre sus alumnos, mucho más indulgente con las normas del aula, pero que es capaz de conectar con los alumnos. En su última clase, Andrew, mientras lee una obra de teatro griega, muestra por fin una auténtica pasión por la materia, dejando entrever el profesor que podría haber sido. El nuevo y nervioso sustituto de Andrew, Tom (Julian Sands), expresa su asombro ante el férreo control que el primero ejerce sobre sus clases, pero Andrew aconseja a su joven colega que no siga su ejemplo.

Cuando se acerca su jubilación al final del curso, Andrew es abordado por un alumno tranquilo y sensible llamado Taplow, que ha detectado la infelicidad y la soledad de su profesor y hace un intento de acercarse a él, diciendo que las enseñanzas de latín de Andrew le han inspirado. Taplow le hace un regalo a Andrew: un raro ejemplar de una de las primeras ediciones de la "versión Browning", la traducción de 1877 de Robert Browning de la antigua obra de Esquilo, Agamenón. Conmovido por este gesto, Andrew empieza a bajar la guardia emocional por primera vez. Cada vez más consciente del aislamiento de Andrew, Frank se siente culpable de la aventura con Laura y pone fin a la relación. Poco antes de la asamblea escolar de fin de curso en la que Andrew pronunciará su discurso de despedida, Laura le dice a su marido que quiere que su matrimonio termine y que tiene la intención de dejarlo.

El personal directivo del colegio quiere que Andrew pronuncie su discurso en primer lugar, para que le siga el de un profesor más joven y popular que se marcha para hacer carrera como jugador de críquet. Pero Andrew insiste en ir en segundo lugar, aunque el director dice enfadado que eso dará a la ceremonia un "anticlímax". Para sorpresa de todos, incluida Laura, que se ha quedado para ver el acto, el discurso de Andrew es muy emotivo y revelador, y se disculpa por sus fallos como profesor y como persona. Conmovidos por el discurso, los alumnos y el personal dan a Andrew un gran aplauso.

Andrew, como gesto de gratitud, le dice a Taplow que le ha organizado una plaza en la clase de ciencias de Frank, a la que el alumno estaba deseando incorporarse. Laura siente un nuevo respeto por su marido y los dos se separan en buenos términos. Mientras ve a Laura alejarse, Andrew afronta con tristeza pero con calma la siguiente fase de su vida.