A principios del siglo XX, Henrik Bergman estudia para ser ministro parroquial de la Iglesia de Suecia. Es un hombre pobre que conoce a la rica Anna Åkerblom a través de su amigo Ernst, hermano de Anna. Anna es vanidosa y obstinada, y en opinión de Henrik es elitista, pero también es atractiva y capaz de disfrutar del placer. Aunque Henrik mantiene una relación sexual con Frida, una camarera, Anna le seduce y le propone un compromiso. Mientras Henrik y Anna comienzan a verse más, Henrik sigue viviendo en secreto con Frida. Mientras habla con Karin, la madre de Anna, Henrik confiesa que no se siente bienvenido entre los Åkerbloms. Karin le dice con franqueza que cree que Anna necesita un hombre maduro que pueda cuidarla, pero que él carece de ambas cosas. Karin también le dice a Anna que Henrik sigue viviendo con Frida, hecho que es verificado por la familia. Henrik y Anna dejan de verse hasta que Frida le pide a Anna que acepte de nuevo a Henrik, alegando su miseria.

Mientras Anna recibe tratamiento para la tuberculosis en Suiza, se envía a un hermano para que le diga a Henrik que ella no desea seguir hablando con él. Sin embargo, sin que sus padres lo sepan, Anna envía una carta a Ernst para que se la haga llegar a Henrik, diciéndole que desea reanudar su relación. Sus padres reciben la carta y Johan, el padre de Anna, la abre, tras lo cual Karin la lee y la quema. Tras la muerte de Johan, Karin confiesa el acto a Anna, que busca furiosamente a Henrik. Para entonces, Henrik planea ir a Forsboda, un remoto pueblo del norte de Suecia, para trabajar en una parroquia cuyo pastor principal es anciano y está enfermo. Anna decide ir con él y se casan a pesar de sus conflictos de clase.

Los Bergman tienen su primer hijo, Dag, pero Henrik se ve envuelto en la huelga local, ya que se niega a respaldar las malas condiciones de trabajo y presta su iglesia para una reunión socialista. Esto disgusta a Nordenson, a quien también le desagrada la forma en que Bergman instruye a las hijas de Nordenson, ya que éste se niega a arrodillarse con su mujer y sus hijas. Mientras tanto, los Bergman acogen a Petrus, un niño huérfano con problemas. Más tarde, Henrik y Anna son convocados inesperadamente a Estocolmo para reunirse con la reina Victoria, que preside una junta que gestiona el hospital Sophiahemmet y busca un capellán, y el arzobispo recomienda a Henrik. Durante la reunión, Victoria le pregunta si cree que el sufrimiento es enviado por Dios. Él responde que el sufrimiento es inútil y que Dios ve el mundo con horror, y abandona el palacio furioso por tener que halagar a la Reina. Los Bergman declinan el puesto, pero los habitantes del pueblo están disgustados porque no se han enterado de la oferta más que por rumores, y les molesta que Henrik humille públicamente a Nordenson en la iglesia.

Trastornada, y esperando su segundo hijo, Anna insiste en despedir a Petrus, diciendo que no aceptó una adopción permanente y que no le gusta el niño. Petrus escucha la conversación y, furioso, secuestra a Dag y lo lleva a un río helado. Los Bergman los ven y los persiguen. Henrik salva a Dag y abofetea a Petrus, tras lo cual el niño se marcha. Desesperada, Anna decide que no puede seguir viviendo en Forsboda y se lleva a Dag a la casa de los Åkerblom, mientras que Henrik, al principio, decide quedarse en el pueblo. Finalmente acepta el puesto en Estocolmo y le pide a Anna que se vaya con él, y ella le responde que es lo único que quiere.