En 2003, mientras desenterraban restos en un campo de batalla de la Guerra de Corea para instalar un sitio conmemorativo, un equipo de excavación del ejército surcoreano notifica a un anciano que han identificado algunos restos como suyos aunque todavía está vivo[N 1].

53 años antes, en junio de 1950, la familia Lee sigue su vida en Seúl, la capital surcoreana. Lee Jin-tae tiene un puesto de limpiabotas para pagar la educación de su hermano menor Jin-seok. Jin-tae también les ha comprado un bolígrafo de plata, un objeto precioso que los hermanos comparten, y está trabajando en un par de zapatos inmaculados para que su hermano los lleve a la escuela. La prometida de Jin-tae, Young-shin, trabaja en la tienda de fideos de los Lee. El 25 de junio de 1950, Corea del Norte invade Corea del Sur y ambos hermanos son reclutados a la fuerza. Son asignados a la 1ª División de Infantería, que lucha en el perímetro de Pusan antes de avanzar hacia el norte tras el exitoso desembarco anfibio estadounidense en Inchon. Un superior le dice a Jin-tae que si consigue la máxima condecoración para un soldado surcoreano, el Cordón Taeguk de la Orden del Mérito Militar, su hermano podrá ser enviado a casa. Jin-tae se ofrece como voluntario para muchas misiones peligrosas y realiza actos suicidas de valentía para ganarse la medalla, y rápidamente es ascendido a sargento. Su heroísmo durante la batalla urbana de Pyongyang hace que Jin-tae sea finalmente nominado para la medalla, pero sus experiencias de combate le han convertido en un asesino sin sentimientos, lo que horroriza a su hermano menor.

La coalición de la ONU se ve finalmente obligada a retirarse hasta Seúl cuando los chinos entran en la guerra del lado norcoreano. Jin-tae consigue finalmente su medalla, pero en Seúl, Young-shin, sospechoso de haberse unido al partido comunista durante la ocupación comunista, es detenido por una milicia surcoreana, y los hermanos intentan detenerlos. Durante la lucha, Young-shin muere de un disparo y los hermanos son arrestados por intentar rescatarla. En la cárcel, Jin-tae rechaza la petición de liberar a su hermano, y el comandante de seguridad ordena incendiar la prisión con los prisioneros dentro cuando se acercan las fuerzas enemigas. Al intentar rescatar a su hermano, Jin-tae pierde el conocimiento y se despierta creyendo que Jin-seok ha muerto en el incendio. Asesina al director de la prisión que se rinde antes de ser capturado por los soldados chinos.

Sin embargo, en realidad, Jin-seok había sido trasladado a un hospital militar después de escapar por los pelos, rescatado por el "tío Yang", un veterano de su antigua unidad ahora discapacitado. Jin-seok se entera de que su hermano ha desertado a los norcoreanos y ahora lidera una formación de élite norcoreana conocida como la "Unidad de la Bandera".

Jin-seok decide reincorporarse al Ejército, que ya ha retomado toda Corea del Sur con el apoyo de la ONU. Exige que se le permita luchar, en el paralelo 38, pero se le niega. Jin-seok acaba desertando, alegando a sus captores que es el hermano de Jin-tae. Los norcoreanos, sin embargo, creen que Jin-seok es un espía y están a punto de llevárselo para interrogarlo cuando su posición es atacada por fuerzas estadounidenses y surcoreanas. El ataque libera a Jin-seok, que continúa su búsqueda mientras la posición es capturada en una feroz batalla cuerpo a cuerpo. Sin embargo, antes de que las fuerzas de la ONU puedan asegurar sus ganancias, llega la "Unidad de la Bandera" y los ataca con Jin-tae a la cabeza.

Los hermanos se encuentran cara a cara, pero, al no reconocer a Jin-seok, éste intenta matarlo, y Jin-seok apenas evita la muerte antes de que su hermano quede brevemente incapacitado. Jin-seok intenta llevárselo, pero recibe un disparo en la pierna. Con los dos heridos, Jin-tae reconoce por fin a su hermano menor y los dos se reúnen entre lágrimas. Sin embargo, esto se interrumpe cuando los norcoreanos hacen retroceder a las tropas estadounidenses y surcoreanas. Jin-Tae ordena a su hermano que se salve. Jin-seok se niega inicialmente, pero cede después de que Jin-Tae le prometa que volverán a verse. Mientras el herido Jin-seok cojea hasta ponerse a salvo, Jin-tae maneja una ametralladora y proporciona fuego de cobertura a su hermano menor y a los demás surcoreanos antes de morir.

En 2003, el anciano Jin-seok se encuentra en el lugar de la excavación; los restos inicialmente identificados como suyos son los de Jin-tae. Examina las pocas pertenencias excavadas de Jin-tae, incluido su bolígrafo de plata perdido hace tiempo, y ruega a los restos óseos de su hermano que le hablen, citando sus promesas mientras su nieta le mira con simpatía.

De vuelta a los años 50, tras la Guerra de Corea, Jin-seok vuelve con su madre, que también sobrevivió, descubre los zapatos que su hermano se dedicó a perfeccionar, y se dirige con los hermanos pequeños de Young-shin a una Seúl ahora pacífica, pero arruinada, mientras la nación comienza a reconstruirse. Les asegura que volverá a la escuela, cumpliendo la promesa que le hizo a Jin-tae.