En 1957, en los suburbios de Connecticut, Cathy Whitaker parece ser la perfecta esposa, madre y ama de casa. Está casada con Frank, un exitoso ejecutivo de Magnatech, una empresa que vende publicidad televisiva. Una noche, recibe una llamada telefónica de la policía local que retiene a su marido. Él dice que todo es una confusión, pero no le dejan irse solo. En realidad, ha estado explorando el mundo clandestino de los bares gay de Hartford. Un día, Cathy ve a un hombre negro desconocido caminando por su patio, que resulta ser Raymond Deagan, el hijo del difunto jardinero de Cathy.

Frank se ve a menudo obligado a quedarse hasta tarde en la oficina, agobiado por el trabajo. Una noche en la que Frank trabaja hasta tarde, Cathy decide llevarle la cena a la oficina. Le descubre besando apasionadamente a otro hombre. Frank confiesa haber tenido "problemas" de joven y acepta apuntarse a una terapia de conversión. Sin embargo, su relación con Cathy es tensa y recurre al alcohol. Cathy se encuentra con Raymond en una exposición de arte local y entabla una conversación con él sobre pintura moderna, para consternación de algunos espectadores. Una noche, después de una fiesta, Frank intenta hacer el amor con Cathy. Es incapaz de excitarse y golpea a Cathy cuando ésta intenta consolarle.

Cathy decide pasar un día con Raymond. Van a un bar en un barrio negro donde ella es la única persona blanca presente. Uno de los vecinos de Cathy los ve juntos e inmediatamente se lo cuenta a todo el mundo. El pueblo no tarda en arder con los cotilleos sobre los dos. Esto se hace evidente cuando Cathy asiste a una actuación de ballet de su joven hija Janice, y las madres de las otras chicas les impiden relacionarse con Janice. Frank también está furioso con Cathy, que entonces le dice a Raymond que su amistad no es "plausible" y se va con Frank a Miami durante las Navidades y el Año Nuevo para intentar reparar su matrimonio. En el hotel, Frank tiene otro encuentro sexual con un joven.

De vuelta a Hartford, tres chicos blancos se burlan y agreden físicamente a la hija de Raymond, Sarah, provocándole una conmoción cerebral. Frank le dice a Cathy que ha encontrado a un hombre que le ama y quiere estar con él, y que quiere el divorcio. Cuando Cathy se entera de lo que le ha pasado a Sarah, visita a Raymond y a Sarah y los encuentra haciendo las maletas para mudarse a Baltimore. Desde el incidente, la gente ha lanzado piedras a sus ventanas, ya que la comunidad afroamericana no se toma bien la mezcla. Cuando Cathy sugiere a Raymond que pueden estar juntos ahora que ella está soltera, Raymond la rechaza, temiendo que nunca sean aceptados como pareja. Cathy va a la estación de tren para despedir a Raymond y Sarah y se despide en silencio de Raymond, saludándole con la mano mientras el tren sale de la estación.