El ministro de Defensa israelí, Israel Navon (Doron Tavory), se traslada a una casa en la frontera entre Israel y Cisjordania, con el edificio situado en el lado israelí justo al lado de la línea divisoria. El servicio secreto israelí considera que el limonar vecino de Salma Zidane (Hiam Abbass), una viuda palestina cuya familia ha cuidado la zona durante generaciones, es una amenaza para el ministro y su esposa. Las fuerzas de seguridad no tardan en instalar un puesto de vigilancia y una valla alrededor del huerto. A continuación, obtienen la orden de arrancar los limoneros.

Salma se siente aislada, ya que su hijo se ha trasladado a Washington D.C. y sus hijas se han casado. El anciano del pueblo, Abu Kamal (Makram Khoury), le aconseja que se rinda, pero Salma decide trabajar con el joven abogado Ziad Daud (Ali Suliman) y entre los dos solitarios surge una ternura. Llevan su caso hasta el Tribunal Supremo. Mira Navon (Rona Lipaz-Michael), la esposa del ministro, simpatiza con Salma. El caso judicial recibe una notable atención de los medios de comunicación, y Mira concede una entrevista en las noticias que su marido lamenta. Mira cree que los militares israelíes exageraron, y también comparte el sentimiento de soledad personal de Salma. Aunque nunca se hablan, se crea un complejo vínculo humano entre las dos mujeres.

El Tribunal Supremo dictamina que no es necesario que los militares arranquen el huerto de limones de Salma, pero pueden podar hasta los tocones la mitad de sus árboles. Así lo hacen, y levantan un alto muro de hormigón para proteger la casa del ministro. Mira decide dejar a su marido, mientras que Salma ya no ve a Ziad.

Está basada en una historia real en la que los árboles han sido finalmente desarraigados en interés de Shaoul Mofaz, Ministro de Defensa israelí 2002 - 2006.