Después de que el gobierno se enterara de las noticias sensacionalistas que decían que Rowf y Snitter podían ser portadores de la peste bubónica del laboratorio del que habían escapado y que habían asesinado a ovejas e incluso a seres humanos, enviaron a los militares para que los encontraran y los mataran. Cuando Rowf, Snitter y el Tod ven un día a un grupo de estos soldados, el Tod decide dar a los perros una oportunidad de escapar haciendo que los perros de búsqueda de los militares le sigan. Rowf y Snitter consiguen colarse en un tren y escapar, pero el Tod es atacado por los perros de búsqueda y asesinado. Rowf y Snitter oyen su último grito, pero se niegan a creer que esté muerto, ya que lo consideran demasiado astuto para ser atrapado.

Se bajan del tren en Ravenglass, ya que Snitter podía oler el mar cerca. Sin embargo, los militares los descubren casi inmediatamente, por lo que huyen de ellos hasta llegar a una playa. Justo cuando llegan algunos soldados, Snitter aparentemente ve una isla en la distancia, y le dice a Rowf que esa isla es donde tienen que ir para ser finalmente libres. Inmediatamente se adentra en el agua y, aunque al principio Rowf tiene miedo de ir tras él, debido a su fobia al agua, finalmente deja de lado su fobia y le sigue cuando los soldados empiezan a acercarse. Se adentran en una densa niebla y los soldados los pierden de vista.

Sin embargo, la travesía a nado les lleva más tiempo del que habían imaginado, y la combinación de eso y el hecho de que ya estén débiles por la inanición les provoca una gran fatiga. Rowf le dice a Snitter que ve la isla más adelante, y nadan más en la niebla hasta que dejan de ser visibles. Aunque se supone que el final es ambiguo, se da a entender que ambos nadaron hasta que no pudieron más y se ahogaron.