Final de Los placeres ocultos
(1977)
Final de Los placeres ocultos (1977)
Título original: Los placeres ocultos
Sinopsis
Eduardo, un importante ejecutivo, conoce a Miguel, un atractivo joven de barrio de quien se enamora. Turbios personajes como Rosa, una mujer casada que engaña a su marido con los jovencitos del barrio, las prostitutas, los chulos, los navajeros, los chantajistas serán determinantes en el destino de los protagonistas.
Eloy de la Iglesia
Director
Gonzalo Goicoechea
Escritor
Carlos Suárez
Fotógrafo
Óscar Guarido
Productor
Reparto principal

Simón Andreu

Charo López

Tony Fuentes

Beatriz Rossat

Germán Cobos

Antonio Corencia
Como acaba Los placeres ocultos
Eduardo, un acomodado director de banco de unos cuarenta años, es un sofisticado homosexual en el armario. Mantiene su vida sexual en secreto, pero utiliza su posición social y económica para conquistar a los jóvenes.
En una de sus habituales sesiones de cruising en la zona de la Universidad, Eduardo conoce a Miguel, un atractivo joven de origen humilde y se enamora de él. Entonces Eduardo pone en marcha su habitual plan de acercamiento a los hombres. A través de Nes, un gay que vive en el barrio de Miguel, Eduardo averigua la dirección de Miguel y le ofrece un trabajo en la empresa que dirige su amigo Raúl. Raúl y Eduardo tuvieron una relación en el pasado y Raúl sigue secretamente enamorado de Eduardo. Con la excusa de ayudarle a mecanografiar un libro, Eduardo lleva a Miguel a su apartamento todas las tardes. Para ganarse su amistad, Eduardo le compra una moto. Sin embargo, Miguel es heterosexual. Tiene una novia estable, Carmen. Miguel también está enredado en una aventura sexual con Rosa, una vecina mayor y casada a la que visita con la excusa de ayudarla con problemas de fontanería en su casa. Cuando Eduardo le cuenta sus felaciones a su nueva amiga, Miguel le rechaza.
Eduardo vuelve a su vida solitaria buscando placeres fugaces con hombres jóvenes en lugares de cruising: cines, parques y baños públicos. Rechaza la oferta de su amigo Raúl de participar en el emergente movimiento gay. Entonces, la anciana madre de Eduardo cae en una enfermedad terminal y, en su lecho de muerte, le confiesa que sabía que era gay desde que era adolescente. Le insta a no estar solo.
En una de sus aventuras en el parque, Eduardo vuelve a encontrarse con Nes. Nes y los miembros de su banda van al apartamento de Eduardo para robarle y golpearle. Cuando Miguel se entera de lo ocurrido, se preocupa por Eduardo y golpea a Nes en venganza. Como resultado, Eduardo y Miguel reanudan su amistad. Esta vez, se aceptan mutuamente y Eduardo respeta que Miguel sea heterosexual. Miguel presenta a su novia Carmen a Eduardo y el trío establece una estrecha relación. Para Eduardo, la compañía de la joven pareja llena el vacío de una vida familiar y alivia su soledad.
La estrecha amistad entre Eduardo y la pareja formada por Miguel y Carmen se ve bruscamente truncada por la reaparición de Rosa. Rosa, enfadada por haber sido despechada por Miguel, comienza a difundir maliciosamente el rumor de que Miguel es gay. Habla con el padre de Carmen y, como consecuencia, éste le prohíbe a su hija volver a ver a Miguel. Miguel se enfada mucho por la pérdida de su novia, culpando de ello a su cercanía con Eduardo. Dolido y enfurecido, Miguel va al banco donde trabaja Eduardo y monta una terrible escena, gritando, insultando y revelando a todos la homosexualidad de Eduardo.
En la última escena, Eduardo está solo en su apartamento y oye el timbre de la puerta. Mira por la mirilla y su cara se ilumina de alegría. Cuando la puerta está entreabierta, la película termina sin ver al visitante.