En 1902, en el estado de Washington, un jugador llamado John McCabe llega misteriosamente y murmurando para sí mismo al pueblo de Presbyterian Church, llamado así por su único edificio sustancial, una capilla alta pero casi sin uso. McCabe no tarda en hacerse con una posición dominante sobre los mineros simplones y aletargados del pueblo, gracias a su personalidad agresiva y a los rumores de que es un pistolero. McCabe establece un burdel improvisado, formado por tres prostitutas compradas por 200 dólares a un proxeneta del pueblo cercano de Bearpaw. La británica Constance Miller llega a la ciudad y le dice que podría llevar un burdel para él de forma más rentable. Los dos se convierten en socios comerciales con éxito económico, abren un establecimiento de clase superior que incluye una casa de baños para la higiene, y se desarrolla una relación romántica entre los dos, aunque ella le cobra por el sexo.

A medida que el pueblo se enriquece, Sears y Hollander, una pareja de agentes de la Harrison Shaughnessy Mining Company de Bearpaw, llegan para comprar el negocio de McCabe, así como las minas de zinc de los alrededores. Shaughnessy tiene fama de hacer matar a la gente cuando se niega a vender. McCabe no quiere vender al precio inicial de 5.500 dólares, pero se excede en las negociaciones a pesar de las advertencias de la señora Miller de que está subestimando la violencia que se producirá si no aceptan el dinero.

La compañía minera envía a tres cazarrecompensas -Butler, Breed y Kid- para que maten a McCabe y le den un escarmiento, pero éste se niega a abandonar el pueblo. McCabe, claramente asustado por los pistoleros cuando llegan al pueblo, intenta inicialmente apaciguarlos. Butler se enfrenta a él sobre su anterior historia de que es el exitoso pistolero "Pudgy McCabe", que disparó a alguien en una partida de cartas. Tras escuchar la historia de McCabe, con el añadido de que el arma era una Derringer, Butler proclama que McCabe no ha matado a nadie en su vida. Más tarde, McCabe intenta encontrar a Sears y Hollander para tratar de llegar a un acuerdo sobre el precio, pero al enterarse de que han abandonado la zona, visita al abogado Clement Samuels para tratar de obtener protección legal de Harrison Shaughnessy. Aunque el abogado acepta ayudar a McCabe a acabar con el monopolio de la compañía minera en la zona, McCabe regresa a la ciudad convencido de que debe enfrentarse a los cazarrecompensas por su cuenta.

Cuando un enfrentamiento letal se hace inevitable, McCabe se arma y se esconde en la capilla durante la madrugada, pero es desalojado por el pastor armado, que luego es abatido por el asesino Butler en un caso de error de identidad. Un farol roto provoca un incendio en la iglesia y la gente del pueblo se apresura a ayudar a extinguirlo. McCabe continúa su evasión y dispara a dos de los sicarios desde posiciones ocultas, matándolos; desgraciadamente, uno hiere a McCabe al caer. Mientras la gente del pueblo se moviliza para combatir el incendio de la capilla, McCabe juega al gato y al ratón con el último pistolero, Butler. McCabe recibe un disparo en la espalda y resulta herido de muerte, pero finge su muerte y mata a Butler con una Derringer cuando éste se acerca para confirmar la identidad de McCabe. Mientras la gente del pueblo celebra la extinción del fuego, McCabe muere solo en la nieve, mientras la señora Miller yace sedada en un fumadero de opio.