Román Maldonado (Ricardo Darín) nace durante una feria de carnaval celebrada en el "Luna de Avellaneda", un club deportivo y social situado en Avellaneda, provincia de Buenos Aires. Se hace socio de por vida, y el club se convierte en una parte central de su vida.

El club llegó a tener más de 8.000 socios en su época de esplendor, pero en la década de 2000 los miembros se han reducido a unos 300. El barrio se está deteriorando, los habitantes que sobreviven tienen dificultades económicas y las reuniones ya no son lo que eran. Para colmo, Román descubre que su mujer Verónica tiene una aventura, y su matrimonio se encuentra en su peor momento.

Junto a Amadeo Grimberg (Eduardo Blanco) y Graciela (Mercedes Morán), amigos del club, deberá luchar por la supervivencia del local antes de que sea vendido y convertido en un casino.

La película narra los altibajos de esta lucha, así como la difícil relación de Amadeo con Cristina (Valeria Bertuccelli), la crisis familiar de Román y las dificultades de Graciela tras la marcha de su marido. Al final, una votación para mantener vivo el club es derrotada por 33 a 26, y los protagonistas se encuentran con que se separan de una manera agridulce. El final es, sin embargo, optimista, ya que Román encuentra la esperanza en el hallazgo de su antiguo carné de socio del club, y junto con Amadeo insinúa que van a fundar uno nuevo.