Chan Kwai-Bun (Sean Lau) es un brillante detective con un don sobrenatural: ver las "personalidades internas" de las personas o los fantasmas ocultos. Sin embargo, se ve obligado a jubilarse tras cortarse la oreja y presentársela a su jefe que se jubila.

Más tarde, el inspector Ho Ka-On (Andy On) investiga el caso de Wong Kwok-Chu (Lee Kwok-Lun), un colega que desapareció cuando él y su compañero, Ko Chi-Wai (Lam Ka-Tung), perseguían a un sospechoso. Aunque Wong lleva 18 meses ausente, su pistola ha sido utilizada en una serie de robos a mano armada. Ho recurre a Bun -que ahora vive recluido con su esposa imaginaria, May Cheung (Kelly Lin)- para que le ayude en el caso.

Bun descubre que, en lugar de ser un solo hombre, Chi-Wai es un colectivo de siete espíritus, cada uno de los cuales representa quizás un aspecto de los siete pecados capitales, y el espíritu principal, o cerebro, es una mujer de negocios. Bun sospecha que el arma de Chi-Wai fue robada por el sospechoso perseguido, un indio llamado Naresh Sherma. Y sospecha que Chi-Wai mató a su compañero Wong para usar el arma de éste y encubrir la pérdida de la suya.

Durante la investigación, en el lugar del asesinato de Wong, Bun toma el arma, la identificación policial y el coche de Ho y continúa la investigación por su cuenta. Más tarde, Bun vuelve a encontrarse con Ho y ve su personalidad interior: un chico asustado y desconcertado. Bun informa a Ho de sus sospechas sobre el asesinato de Wong por parte de Chi-Wai y el montaje de Naresh Sherma.

Ho intenta arrestar a Chi-Wai demostrando que lleva el arma de su compañero asesinado, pero fracasa, ya que Chi-Wai ha alterado la base de datos de la policía. Además, Ho comienza a confiar en Chi-Wai.

Chi-Wai y Ho van a un almacén para encontrar a Naresh Sherma. Bun, que los sigue en secreto, trata de advertir a Ho de que está en peligro, de que Chi-Wai le está tendiendo una trampa, pero Ho ya no confía en Bun. En el almacén se produce un tiroteo y Sharma, Chi-Wai y Bun mueren. Ho sobrevive.

Mientras Bun muere, ve que la personalidad interior de Ho, el niño asustado, es aconsejada por otra personalidad, un espíritu femenino, para que presente una coartada. Se ve a Ho -como había hecho Chi-Wai- reorganizando sin cesar las armas para fabricar su propia coartada.