Una mujer llamada Madison Mitchell ha estado sufriendo horribles visiones de asesinatos, encontrándose a sí misma en la escena del crimen mientras es congelada en el lugar y obligada a mirar. Esto se relaciona con una figura de su infancia llamada Gabriel, que aparecía para hablar con Madison como un amigo imaginario y hacía cosas malvadas de las que se la culpaba.

De niña, Madison fue internada en un hospital y originalmente se llamaba Emily May. Gabriel es en realidad un gemelo con forma de tumor parasitario que estaba unido a la parte posterior de la cabeza de Madison hasta que fue extirpado quirúrgicamente, pero con un pequeño trozo de él que quedó en su cabeza, ya que en caso de haberlo extirparlo por completo podrían haber matado a Madison.

Después de que el marido maltratador de Madison, Derek, le golpeara la cabeza contra una pared, Gabriel despertó, y mató a Derek y a los médicos que participaron en la extracción del cuerpo de la cabeza de Madison. La ha mantenido atrapada en proyecciones mentales en las que ella cree que está viviendo normalmente en su casa mientras que él en realidad está tomando el control de su cuerpo para llevar a cabo los asesinatos.

Después de masacrar a toda una comisaría de policía, Gabriel va a por su madre biológica y la de Madison, Serena May. La hermana adoptiva de Madison, Sydney, y el detective Shaw acuden al hospital para detener a Gabriel, y aunque éste casi consigue matar a todos, Madison consigue entrar en su juego y atraparlo en una prisión mental de su propia creación, asegurándose de que Gabriel permanecerá encerrado en su cabeza y no podrá hacer daño a nadie.

Madison vuelve en si y ayuda a Sydney.