María Álvarez, una joven colombiana de 17 años, trabaja en una plantación de flores en condiciones similares a las de un taller clandestino. Sus ingresos ayudan a mantener a su familia, incluida una hermana desempleada que es madre soltera, pero tras el trato injusto que recibe de su jefe, deja su trabajo deshojando rosas, a pesar de la vehemente desaprobación de su familia. Poco después, María descubre que está embarazada de su novio, y éste le propone matrimonio, pero ella lo rechaza porque no siente que lo ame, ni que él la ame a ella. De camino a Bogotá para encontrar un nuevo trabajo, le ofrecen un puesto como mula de la droga. Desesperada, acepta la arriesgada oferta, se traga 62 gránulos de droga envueltos y vuela a Nueva York con su amiga Blanca, que también ha sido reclutada como mula.

María está a punto de ser atrapada por la aduana estadounidense, que sospecha tras encontrar los 800 dólares en efectivo de María y querer hacer una visita sorpresa a una hermana a la que "no ha visto en años", pero sin saber a dónde ir si no está en casa. Les dice que el padre de su hijo le ha pagado el billete de avión. Evita ser sometida a una radiografía debido a su embarazo y es liberada. Los traficantes recogen a María, Blanca y Lucy, otra mula más experimentada de la que María se había hecho amiga durante su reclutamiento. Las mulas son retenidas en una habitación de motel hasta que pasan todos los gránulos de droga. Lucy cae enferma cuando, al parecer, un gránulo de droga se rompe en su interior. Sin que los traficantes lo sepan, María ve cómo sacan a Lucy de la habitación del hotel y ve manchas de sangre en la bañera. Llega a la conclusión de que los traficantes la abrieron para recuperar los otros gránulos de droga que tenía en su cuerpo. Asustada, María convence a Blanca para que escape con ella mientras los traficantes se van. Se van con la droga que han pasado.

María no tiene dónde dormir y va a casa de la hermana de Lucy, pero no le revela que ésta está muerta. Blanca pronto se une a ella allí. Finalmente, la hermana se entera inesperadamente de su implicación en la muerte de su hermana y las echa de casa. Blanca y María llegan a un acuerdo para devolver la droga a los traficantes y recibir su dinero. María utiliza parte del dinero de la droga para enviar el cuerpo de Lucy a Colombia para que tenga un entierro adecuado. María y Blanca están listas para subir al avión de vuelta a Colombia cuando María decide quedarse en Estados Unidos. Blanca regresa a casa sin María.