Final de Medianeras
(2011)
Final de Medianeras (2011)
"¿Cómo encontrar el amor si no sabés dónde está?"
Título original: Medianeras
Sinopsis
Martín es un fóbico en vías de recuperación. De a poco va saliendo del encierro en su monoambiente y su adicción al mundo virtual. Mariana, recién separada, tiene tan desordenada la cabeza como el departamento en el que se refugia. ¿Deberían conocerse, no? ¿Cómo se pueden encontrar en una ciudad superpoblada y caótica como Buenos Aires? Medianeras. Lo mismo que los separa es lo que los une.
Gustavo Taretto
Director
Gustavo Taretto
Escritor
Luis Miñarro
Productor
Reparto principal

Javier Drolas

Pilar López de Ayala

Inés Efrón

Rafael Ferro

Carla Peterson

Adrián Navarro
Como acaba Medianeras
En el desorden urbano de Buenos Aires, Martín y Mariana son extraños y viven en edificios de apartamentos vecinos. Martín es diseñador de páginas web y se dedica a la fotografía como forma de sobrellevar su miedo a la ciudad. Mariana, aspirante a arquitecta, se ve obligada a volver a su antiguo apartamento tras una ruptura. Viviendo en solitario en apartamentos de una sola habitación "caja de zapatos", ambos contemplan el cambiante paisaje urbano y luchan contra la ansiedad y la soledad, sintiéndose desconectados de otras personas en la era digital.
"Un breve otoño"
Al presenciar una serie de accidentes en la calle -el perro de una prostituta salta desde un balcón, lo que provoca que un transeúnte sea atropellado por un taxi y que otro sufra un infarto- Martín y Mariana se detienen por separado para ayudar. A Martín le diagnostican un caso inofensivo de discartrosis, y ha adoptado el perro de su ex novia después de que ésta los abandonara a ambos para irse a vivir a Estados Unidos. Mariana, que trabaja como escaparatista, se encuentra hablando con los maniquíes de las tiendas que monta en casa. Redescubre uno de sus libros favoritos de ¿Dónde está Wally? con una página que nunca ha podido resolver. Ignorando una llamada de su ex-novio, piensa en el final de su relación de cuatro años.
"Un largo invierno"
Martín y Mariana se cruzan con frecuencia por la calle sin conocerse. Pasando la mayor parte de su tiempo en internet, Martín encarga una nueva silla de escritorio y contrata a una paseadora de perros, Ana. Comienzan a salir, pero ella ya tiene una relación y desaparece de su vida. Mariana acepta una cita con un cliente, Lucas, en un restaurante en lo alto de un rascacielos. Explicando su fobia a los ascensores, toma las escaleras, para consternación de Lucas; mientras él espera en su mesa, a ella le invade la ansiedad y se marcha. Al encontrar la vieja silla de Martín en la acera, la lleva a casa y borra todas las fotos de su ex novio. Le cuenta la historia del famoso edificio Kavanagh y se siente atraída por la música del nuevo piano de un vecino. Martín prueba a tener citas por internet y conoce a Marcela, una maniática políglota, pero su cita acaba en decepción. Comienza a nadar en la piscina local de Mariana, donde conecta con otro ávido nadador, Rafa. Comparten una cita agradable, y Mariana reacciona amablemente cuando Rafa experimenta una disfunción eréctil, pero él la abandona.
"Por fin la primavera"
Mariana reflexiona sobre las poco llamativas "paredes laterales" de los edificios de la ciudad. Buscando un cambio en su vida, se hace un piercing en el labio, y ella y Martín se hacen instalar una nueva ventana en sus apartamentos. Sin saberlo, se miran mientras escuchan en la radio "True Love Will Find You in the End", y ambos se emocionan hasta las lágrimas con el final de Manhattan en la televisión. Por casualidad, se conectan por internet en un chat anónimo, pero justo cuando Mariana pide el número de teléfono de Martín, la ciudad se sumerge en un apagón. Comprando velas en la misma tienda en la oscuridad, comparten involuntariamente una descarga de estática antes de seguir sus caminos. Más tarde, desde su ventana, Mariana ve a Martín paseando a su perro, con un jersey de rayas rojas y blancas similar al de ¿Dónde está Wally? Ella baja corriendo a la calle y finalmente se encuentran cara a cara. Durante los créditos finales, Martín y Mariana, que ahora viven felices juntos, graban un vídeo casero cantando al ritmo de "Ain't No Mountain High Enough".