Final de Mentiroso compulsivo
(1997)
Final de Mentiroso compulsivo (1997)
"Créeme."
Título original: Liar Liar
Sinopsis
Fletcher Reed es un servidor de la justicia que se atiene a un sólo código ético: la verdad es negociable. Sin permitir que los hechos interfieran con un buen argumento, no tiene rival en cuanto a exagerar y distorsionar la verdad. Él es una persona muy convincente y un mentiroso empedernido que se está labrando una prometedora carrera legal, representando a los personajes más inmorales de la sociedad, clientes que otros abogados no representan por pura ética. Pero lo que hace de Fletcher un buen abogado es también lo que le convierte en un padre irresponsable. Un día, su hijo Max lo transforma en una persona honrada y Fletcher descubre que su más preciado tesoro, su boca, de repente se ha convertido en su más grave debilidad.
Tom Shadyac
Director
Paul Guay
Escritor
John Debney
Compositor
Russell Boyd
Fotógrafo
Brian Grazer
Productor
Reparto principal

Jim Carrey

Maura Tierney

Cary Elwes

Jennifer Tilly

Swoosie Kurtz

Sara Paxton
Como acaba Mentiroso compulsivo
Fletcher Reede, un abogado de gran éxito, consigue defender y ganar a sus clientes en los juicios, sobre todo gracias a las mentiras que cuenta en los tribunales. Lo que es su baza en el trabajo es, sin embargo, su mayor defecto en la vida privada: su esposa Audrey lleva más de dos años divorciada y hace siete meses encontró un nuevo novio, Jerry, un hombre serio y atento tanto con ella como con el hijo de Fletcher, Max. Sin embargo, Jerry pronto tendrá que trasladarse a Boston, ya que le llaman para dirigir un hospital, por lo que se declara a Audrey y la invita a ella y a Max a seguirle, pero Fletcher, que se preocupa sinceramente por el pequeño Max (y está claramente enamorado de él), pide que le den otra oportunidad.
Fletcher, a pesar de haber prometido a su hijo que estaría presente en su fiesta de cumpleaños, es agasajado para una noche de sexo por Miranda, su superior en la empresa donde trabaja, después de una sesión con Samantha Cole, una mujer codiciosa y tramposa en disputa por un divorcio. El pequeño Max, decepcionado por otra promesa incumplida de su padre, expresa el deseo de que, durante veinticuatro horas, su padre diga única y exclusivamente la verdad. El deseo se hace realidad y Fletcher se encuentra víctima de una especie de maldición que le impide mentir en cualquier tipo de circunstancia (incluso no puede decir las mentiras más básicas, como decir que un bolígrafo es rojo en lugar de azul). Así comienza una larga serie de problemas derivados de su propensión a mentir. En la segunda sesión del tribunal, el hombre, en un intento extremo de que se suspenda la vista por su incapacidad para mentir, se inflige una paliza a sí mismo, pero el intento fracasa porque, obligado a no mentir, afirma que puede continuar la vista.
Fletcher tiene que admitir las infidelidades matrimoniales de su cliente, pero también descubre que la mujer era menor de edad cuando se casó, por lo que no pudo firmar documentos como un acuerdo prenupcial y, por tanto, puede reclamar una pensión alimenticia. Samantha, para agradecer a Fletcher, le besa delante de todos. A continuación, la mujer reclama también la custodia de los hijos, lo que hace pensar a su abogado que el caso no tiene realmente éxito, ya que su cliente está simplemente ávida de dinero, mientras que su ex marido se preocupa rápidamente por los niños. El abogado acusa entonces al juez y a él mismo de haber hecho todo mal, pero el juez, sintiéndose ofendido, lo hace detener.
En la cárcel, Fletcher consigue llamar por teléfono a su mujer, que se marcha a Boston, pero con poco resultado. La ex-secretaria de Fletcher, Greta, que dimitió tras descubrir las mentiras de Fletcher hacia ella, interviene y le saca de apuros. A Fletcher no le preocupa que le despidan por lo sucedido en el juzgado y decide que abrirá su propio bufete, invitando a su ex-secretario a seguir personalmente los próximos casos y a compensar lo sucedido con su cliente. El abogado emprende entonces una desesperada persecución del avión en el que viajan Jerry, Max y Audrey. Tras un temerario paseo por una escalera de pasajeros, consigue detener el avión, pero la escalera derrapa y Fletcher resulta herido, por lo que pide a Audrey y Max que le ayuden a bajar del avión. Fletcher le declara entonces su amor a su hijo, que decide, junto con Audrey, quedarse y no marcharse nunca a Boston, tras darse cuenta de que su padre no volverá a mentirle.
Un año después, en el sexto cumpleaños de Max, la familia se reúne para celebrarlo. Después de que el pequeño sople las velas, Audrey besa a Fletcher, quien le pregunta a su hijo si desea que sus padres vuelvan a estar juntos, pero el niño responde que desea un par de patines. Fletcher comprende entonces los sentimientos de su ex mujer hacia él y demuestra corresponderle, lo que supone una segunda vida para la familia Reede.