Una mujer, Jessie, y su hermano, Dwight, cuidan de su hermano menor, Thomas, enfermo crónico, que no puede salir al exterior durante el día y debe beber sangre regularmente para sobrevivir. Dwight y Jessie proveen de sangre a Thomas asesinando habitualmente a extraños, principalmente a indigentes y vagabundos. Jessie trabaja como camarera en una cafetería local, mientras que Dwight pasa sus días empeñando objetos que encuentra por la ciudad y visitando a una prostituta a la que paga un extra por unos minutos de conversación después de sus encuentros.

Tras un asesinato especialmente espeluznante, Dwight le ruega a Jessie que consiga ayuda médica de verdad para Thomas. Ella se niega y en su lugar ordena a Dwight que consiga una nueva víctima. Atrae a un inmigrante de habla hispana llamado Eduardo a su coche, pero Eduardo escapa y hiere a Dwight con un destornillador cuando éste intenta estrangularlo. Dwight somete a Eduardo tras una pelea en el bosque, pero las desesperadas súplicas de éste por piedad convencen a Dwight de que lo perdone. Este retiene a Eduardo en un cobertizo de su patio trasero.

Jessie caza y mata a la prostituta de la que Dwight se había hecho amigo, dejándolo angustiado. Esa noche, Thomas se queja de la soledad en la mesa y le implora a Jessie que le deje relacionarse con los niños de la zona que oye por la ventana. Cuando ella se niega, él vuelca su cuenco de sangre, enfureciendo a su hermana. En un intento de ponerse en contacto con el mundo exterior, Thomas escribe una nota en un avión de papel y abre la puerta principal para lanzarla a un grupo de adolescentes que pasan por allí. Dwight aparece detrás de él y lo cubre rápidamente con una manta, pero no antes de que Tomás sufra graves quemaduras en el brazo. Esa noche, Eduardo escapa del cobertizo e intenta matar a Dwight, pero éste se defiende y mata a Eduardo delante de Tomás.

Más tarde, uno de los adolescentes que encontró la nota de Thomas llega a la casa mientras Jessie está fuera buscando un cuerpo fresco. Thomas le invita a entrar y trata de conectar con el chico comprando ofreciéndole sangre para beber y jugando a un juego que consiste en adivinar el año de publicación de las canciones que Thomas toca en el piano. Cuando Dwight entra en la cocina y descubre al chico, lo amenaza pero no consigue matarlo. Al oír que Jessie vuelve con una nueva víctima, Dwight empuja al chico a un armario y le ordena que se calle. Cuando Jessie lo encuentra dentro del armario, el chico la apuñala con un cuchillo de cocina y huye. Aunque sangra mucho, Jessie ordena a Dwight que persiga y mate al chico.

Dwight encuentra al chico pero le perdona la vida. Vuelve a casa y encuentra a Jessie muerta en la bañera y a Thomas consumiendo su sangre. Dwight obliga a Thomas a salir del baño y lo encierra en una habitación con el muerto que Jessie había traído antes. Dwight entonces entierra a Jessie en una tumba al aire libre.

Por la mañana, Dwight recoge sus cosas y le dice a Thomas que se va y que no volverá. Pronto cambia de opinión después de ver a una familia feliz en la cafetería. De vuelta a casa, Thomas se disculpa por su papel en la muerte de Jessie y los dos hermanos se abrazan y lloran juntos. Thomas le pide a Dwight que retire el cartón que cubre la ventana. Dwight lo hace y Thomas muere.

Solo, Dwight conduce a través del país y finalmente llega a una playa, donde se para en las rocas sobre el agua y sonríe.