Accio (Elio Germano) y Manrico (Riccardo Scamarcio) son hermanos de clase trabajadora que viven en la Italia de los años sesenta. Mientras que su hermano se adentra en la política de izquierdas, Accio, el exaltado hermano menor, es acogido por un comerciante del mercado y, bajo su influencia, se afilia al partido fascista. Accio ("Matón") es un apodo del que está orgulloso porque le hace parecer duro. Manrico y su hermana Violetta se alarman al oír que su hermano escucha los discursos de Benito Mussolini en su habitación. Manrico suele atormentar físicamente a su hermano, incluso metiendo su cabeza en el barril que hay bajo el desagüe de su casa.

En una ocasión, Accio se escapa de casa porque su madre ha votado al Partido de las Casas. Su casa se está cayendo a pedazos y ella cree que el Partido de las Casas les ayudará a reconstruirla.

Cuando Accio y Manrico se hacen mayores, empiezan a manifestarse como miembros del partido fascista y del movimiento comunista, respectivamente. (Hay escenas de la ocupación de una fábrica y de la ocupación del conservatorio de Roma, donde la hermana estudia violonchelo). La película es relativamente ecuánime en su tratamiento de la política. Si los jóvenes fascistas parecen absurdos con sus cánticos de "¡Duce! Duce!", y sus acciones tienden constantemente a la violencia, los comunistas no lo son menos: Las palabras de Schiller en el último movimiento de la sinfonía coral de Beethoven son sustituidas por un himno en alabanza de Mao Zedong, Vladimir Lenin y Joseph Stalin; una reunión de activistas consiste en una sala llena de hombres con barba que gritan todos a la vez y sólo se ponen de acuerdo cuando llega el momento de gritar una consigna.

Francesca, la novia de Manrico, se hace amiga de Accio. A Accio le gusta en secreto y piensa que no debería quedarse con Manrico porque "no se puede confiar en él". El espectador no duda de que Accio también se siente atraído por Francesca. Al mismo tiempo, él mismo se ha involucrado sexualmente con la esposa de su amigo fascista, el comerciante del mercado, que ha sido encarcelado por sus violentas actividades políticas. Ella le compra un coche a plazos.

Finalmente, Accio acaba abandonando el partido fascista y rompiendo su carné de afiliado cuando los miembros del partido queman el coche de su hermano. También rompe con su amante mayor, diciéndole que se preocupa por otra persona, pero no responde cuando se le pregunta si es amado a cambio.

Pero mientras Accio se aparta en gran medida del activismo político, su hermano se ve arrastrado a la violencia revolucionaria. Tras desaparecer durante dos años, llama a casa. Accio viaja para encontrarse con él y llama por teléfono a Francesca, que le cuelga dos veces rápidamente. Cuando se reúnen en un café, Manrico ve llegar a Francesca de forma inesperada, pero también a la policía, que quizá la ha estado siguiendo o interviniendo su teléfono. Huye, pero muere en un intercambio de disparos (de pistola) con la policía que le persigue.

Accio irrumpe entonces en la corrupta e ineficaz oficina de vivienda para apoderarse de las llaves de espera y de los registros de los sin techo. Distribuye las llaves y un grupo de familias sin techo toma posesión en medio de la misma noche. La película termina con Accio viviendo con su familia, incluido el hijo pequeño de su hermano.