Matt, el protagonista, es un tío un poco pringado. Está secretamente enamorado de Hannah, con quien trabaja, pero nunca reúne el valor necesario para hablarle de sus sentimientos.

Por cosas del azar, Matt conoce a una misteriosa chica llamada Jenny, con la que comienza a salir para ver si salta la chispa entre ambos. Pero lo que salta no es precisamente la chispa, si no la personalidad neurótica y agresiva de Jenny, que en realidad es la Chica G, la superheroína de la ciudad (algo así como Supergirl).

Los problemas de Matt se multiplican y las cosas no mejoran ni con el sexo, ya que la superfuerza de Jenny le destroza su cosita. Poco después de conocer su secreto Matt siente la necesidad de cortar con Jenny, que cada vez está más insoportable. Pero dejar a una novia superheroína no es tan fácil como habría pensado.

La alianza de Matt con el doctor Bedlam, enemigo mortal de la Chica G, alcanza su punto álgido cuando ambos confabulan contra la superheroína. Planean debilitarla con una roca del meteorito que le dio los poderes para convertirla en una simple humana de nuevo.

Para ello Matt se camela a Jenny, pero Hannah entra en escena y las dos chicas comienzan a pelear, mientras lo cual se revela la identidad de la superheroína. En la pelea Jenny pierde parte de sus poderes, y aunque Bedlam se intenta hacer con ellos, la roca explota, afectando el impacto a las dos chicas. Jenny vuelve con sus poderes recuperados, y cuando las cosas se ponen feas, Hannah aparece en escena con habilidades similares a las de la Chica G. El combate ahora está equilibrado y se alarga durante un buen rato hasta que Matt hace entrar en razón a Jenny diciéndole que Bedlam es su auténtico amor. La Chica G abraza a su némesis y las cosas, por fin, se calman.

A la mañana siguiente los cuatro protagonistas se encuentran. Jenny acepta colaborar en una emergencia con Hannah, y tanto Bedlam como Matt se quedan en la calle guardando su ropa. En tal situación deciden que lo más inteligente es ir a beber una cerveza.