Carl Mørck es degradado al Departamento Q, la unidad de casos sin resolver, después de que una redada salga mal. Un caso, un supuesto suicidio, despierta su interés. Sus investigaciones sugieren que la mujer, una política en ascenso llamada Merete Lynnggard, fue en realidad secuestrada. Mørck se siente molesto y se le pide que detenga la investigación, pero él y su colega Assad siguen adelante.

Al seguir investigando el caso, el dúo se mete en problemas con la policía sueca y es suspendido. Se revela que Merete ha sido encarcelada por un vengativo chef llamado Larsa por haber causado la muerte de su familia cuando era niña, por haberle vendado los ojos a su padre mientras conducía, lo que provocó el accidente de coche, matando tanto al padre de Merete como al de Larsa.

Carl y Assad consiguen localizar la cámara de presión donde está retenida Merete y la rescatan no sin antes derribar a Larsa y detenerlo. Debido a su acción y a lo prominente del caso, el jefe de policía los reincorpora a ambos al cuerpo.