En su undécimo cumpleaños, Angeliki se suicida saltando desde el balcón del piso de su familia. El incidente afecta profundamente a los miembros de la familia, que informan a la policía para que investigue el suceso. La policía, en respuesta, les dice que la conducción de Angeliki a este acto puede deberse a un trauma doméstico.

Todos los niños se comportan de forma incómoda cuando está presente el patriarca, que intenta devolver la normalidad a la familia tras el incidente, pero esa normalidad parece esconder una opresión constante de los niños. Uno de los niños, Myrto, de catorce años, intenta acercarse a su maestro, pero eso no lleva a ninguna parte. En cambio, el patriarca obliga a todas las hijas a prostituirse.

Los secretos del suicidio de Angeliki se van desvelando poco a poco. Angeliki llegó a estos actos porque Myrto le había dicho que los once años son considerados por su patriarca como la edad apropiada para iniciar la violencia sexual hacia ella. Lo mismo que le hizo a ella y a Eleni (su madre), todo ello a la edad de once años.

Cuando la matriarca descubre la verdad, mata a su marido. Eleni descubre el cadáver del padre al día siguiente. Se alegra, ya que para ella, su hermana y sus hijos, representa el fin de la opresión y la prostitución. Sin embargo, una vez en la cocina, se encuentra con su madre, que le ordena que cierre la puerta con llave, dando a entender que la pesadilla continuará.