Un grupo de vikingos exiliados, bajo el liderazgo de Asbjörn, queda varado en la costa escocesa después de que su barco se hunde en una tormenta. Allí, son atacados por soldados que protegen a la princesa Inghean, quien se dirige a su boda. Los vikingos derrotan a los soldados y toman a Inghean como rehén con la intención de usar el dinero del rescate para comprar su entrada a una tierra amiga. En el camino, se encuentran con un monje cristiano que les ofrece ayuda y refugio. Mientras tanto, el padre de Inghean, el rey Dunchaid, envía una fuerza mercenaria para perseguir a los vikingos; sabiendo del desdén de Inghean por el grupo, los líderes mercenarios planean matar tanto a ella como a los vikingos, una orden característica del tirano rey. El grupo, incluida la princesa, se entera de su plan gracias a un soldado capturado.

Cuando los mercenarios atacan la torre donde el monje y los vikingos se refugian, el grupo logra escapar y mantenerse por delante de sus perseguidores. El monje se ofrece a mostrarles a los vikingos el camino hacia los asentamientos vikingos de Danelaw, donde estarían a salvo. A lo largo del trayecto, son atacados repetidamente por los mercenarios, pero los vikingos finalmente los derrotan, sufriendo algunas bajas. Después de llegar a un acantilado con transporte hacia Danelaw, los sobrevivientes se encuentran atrapados por el rey Dunchaid y sus tropas. Asbjörn salta al agua, aparentemente hacia su muerte, pero logra recuperar un bote de una cueva submarina. Los vikingos supervivientes saltan tras él, junto con el monje e Inghean, quien elige quedarse con el grupo. Juntos, el grupo rema hacia Danelaw.