Final de Nos vemos allá arriba

(2017)
Final de Nos vemos allá arriba
"Un Film de Albert Dupontel"

Título original: Au revoir là-haut

25/10/2017 (ES)Drama, Crimen, Bélica117 min
Dónde ver la película Nos vemos allá arriba online

Sinopsis

Noviembre de 1919. Dos supervivientes de las trincheras, uno un magnífico ilustrador y el otro, un modesto contable, montan una estafa sobre los monumentos a los muertos de la guerra. En la Francia de los años veinte, el proyecto se convierte en algo tan peligroso como espectacular.

Albert Dupontel

Director

Catherine Bozorgan

Productor

Reparto principal

Nahuel Pérez Biscayart

Nahuel Pérez Biscayart

Albert Dupontel

Albert Dupontel

Laurent Lafitte

Laurent Lafitte

Niels Arestrup

Niels Arestrup

Émilie Dequenne

Émilie Dequenne

Mélanie Thierry

Mélanie Thierry

Como acaba Nos vemos allá arriba

En 1920, Albert Maillard, ex contador y ex soldado, que acaba de huir de Francia, es interrogado por un oficial de la Gendarmería francesa en Marruecos, donde ha sido arrestado. A través de su relato, cuenta su historia y la de Édouard Péricourt, un dibujante genial y excéntrico, hijo de la alta burguesía política, huérfano de madre y rechazado por su padre, desde el fin de la Primera Guerra Mundial.

Su relación de camaradería, en el frente y en las trincheras, toma otro giro el 9 de noviembre de 1918, justo antes del fin de la Gran Guerra. Albert es testigo de un crimen atroz: el teniente Pradelle, a pesar de haber recibido la orden formal de cesar las hostilidades, logra lanzar una última ofensiva haciendo creer que los alemanes, que esperaban el armisticio al igual que los franceses, habían matado a dos exploradores. Sin embargo, durante el asalto, Albert se da cuenta de que fue el propio teniente quien les disparó por la espalda. Durante la ofensiva, Pradelle, al verse descubierto, empuja a Albert a un cráter de obús, dejándolo a punto de ser enterrado vivo. Édouard lo salva en el último momento, pero a costa de su desfiguración debido a un fragmento de obús que lo alcanza, convirtiéndolo en una de las llamadas "caras rotas". Albert comprende que Pradelle quería hacer que Péricourt muriera en el campo de batalla para crear una empresa funeraria y engañar al padre de Péricourt. Decide entonces hacer creer que Édouard ha muerto y cambia su nombre por el de Larivière, con la esperanza de que el teniente no sospeche nada cuando regresen a París. Al regresar a París, Pradelle se casa con la hija de Péricourt y desarrolla su negocio.

Desmovilizados, Albert y Édouard viven amargamente en París. Édouard es adicto a la morfina, que Albert comienza a robar de los heridos de guerra para poder proporcionársela. Albert ha perdido su trabajo como contador y su prometida lo ha engañado y abandonado. Sobreviven gracias a pequeños trabajos y reciben regularmente la visita de Louise, una huérfana acogida por su vecina, quien actúa como intérprete entre Albert y Édouard, ya que es la única que lo entiende.

Pronto, estos dos marginados, gracias a la ingeniosidad y talento de Édouard, y la tenacidad de Albert, idean una estafa comercial junto con un fraude bancario: participan en un concurso nacional para vender monumentos a los caídos, que serán ficticios, a los municipios.

Por su parte, Pradelle se aprovecha de los numerosos soldados muertos y enterrados en tumbas improvisadas en el campo de batalla, firmando un contrato con el Estado para enterrarlos nuevamente de manera digna en cementerios militares. Sin embargo, en lugar de eso, utiliza ataúdes reducidos, a veces llenos de tierra y piedras, e incluso con cadáveres de soldados alemanes, para enriquecerse sin escrúpulos.

En el marco de su estafa, uno de los monumentos dibujados por Édouard es seleccionado como obra conmemorativa en el distrito donde nació. El encargado de esta obra no es otro que su padre, Marcel Péricourt, presidente de los alcaldes de París, quien desea honrar en secreto a su hijo, creyendo que está muerto.

Después de unas semanas de espera, el dinero solicitado como adelanto llega de toda Francia, permitiendo a los dos cómplices planear su partida al extranjero para el 14 de julio. Mientras tanto, las artimañas de Pradelle son descubiertas por un funcionario incorruptible, Joseph Merlin, que ha sido informado anónimamente por Édouard y Albert.

Los eventos se precipitan a medida que se acerca el 14 de julio. Los periódicos revelan una posible estafa monumental. Marcel Péricourt descubre que han sido engañados y le exige a Pradelle, su yerno, ahora acusado de un escándalo de Estado, que encuentre a los culpables a cambio del silencio del Estado y la justicia sobre sus propias trampas. Pradelle rastrea a Édouard, quien vive una gran vida en el hotel Lutetia con Louise y Albert, que se encarga de los últimos preparativos de su fuga al extranjero.

Antes de partir, Albert se enfrenta a Pradelle en un cementerio, quien ha retomado sus estafas. Cuando Albert se acerca a él amenazándolo con un revólver, Pradelle retrocede, pisa una tabla que se rompe y cae en una fosa, donde termina asfixiado y enterrado vivo.

Al mismo tiempo, Marcel Péricourt decide ir al hotel donde residen los culpables, como impulsado por una fuerza irresistible, tras creer haber reconocido la firma de su hijo en los dibujos del catálogo de monumentos. Allí encuentra a Édouard en la terraza de su habitación y lo reconoce a pesar de la máscara que lleva. Los dos hombres se abrazan, y el padre se disculpa y se arrepiente ante el hijo al que no supo reconocer ni amar. De repente, Édouard, como un pájaro que toma vuelo, se lanza al vacío con su gran máscara azul.

Albert, con su nueva compañera Pauline, y Louise, a quien ha adoptado, logran escapar a Marruecos, donde finalmente es arrestado.

Al final de su largo relato, el oficial de la gendarmería se levanta y corta todo medio de comunicación en su oficina, antes de revelarle a Albert que el más joven de los dos exploradores asesinados por Pradelle era su hijo. Luego le permite escapar sin temor a ser perseguido, pero sin más dilación.