Un mosaico de historias sobre el amor y la pérdida que explora nuestra relación con los objetos, los artefactos y los recuerdos.

En una cafetería, Daniel Kalman (Ortiz), un agente de seguros de mediana edad, comenta la belleza de las joyas sentimentales que lleva una camarera. A continuación, visita al Sr. Ronald Ashemore (Dern), un anciano arquitecto de más de ochenta años que vive de su pensión. Su visita tiene por objeto evaluar las posesiones de Ashemore para satisfacer a la nieta Bethany, y consigue determinar que unas pocas piezas tienen el valor suficiente para que un tasador las examine.

La siguiente visita de Kalman es a Bethany (Tamblyn) y su marido. Embarazada, se siente abrumada por ser la única que toma decisiones debido a que vive lo más cercano, pero se preocupa profundamente por su abuelo y no desea pensar en su muerte. De vuelta a la oficina, Kalman estudia las fotografías que ha tomado ese día, contemplando las vidas vividas.

Al día siguiente, su trabajo le lleva a conocer a Helen Greer (Burstyn), cuya casa ha sido destruida por un incendio forestal. Ella se lamenta del poco tiempo que tuvo para coger los recuerdos que pudo. Ella pudo salvar una pelota de béisbol firmada que Kalman determina que puede tener algún valor. Hablan de las cosas en la casa de un vecino tomando café con otra pareja que también ha perdido su casa. Kalman comenta que siempre aprende algo nuevo al escuchar las historias de la gente.

Helen se queda con su hijo Henry (Offerman) y su esposa Lisa. La discusión para ingresarla en una residencia asistida es recibida con indignación, al igual que la idea de vender sus cosas por dinero antes de que el seguro entre en vigor.

Helen vuela a Las Vegas con un maletín que contiene el béisbol para reunirse con un tasador. Se instala en su habitación de hotel, juega y cena sola. Después de una gran confusión emocional, se reúne con Will Beam (Hamm) para determinar su valor. Es un artículo auténtico, dice, y la firma es la de Ted Williams. Normalmente, la mayoría de las cosas que ve valen entre 10 y 20.000 dólares, pero le dice que esto parece que puede valer entre 80 y 100.000 dólares. Helen se queda sorprendida. Después de conversar un rato, Helen puede finalmente deshacerse del valioso recuerdo de su marido. Más tarde, Will llama a un posible comprador.

Will vuela a su ciudad natal en Virginia para encontrarse con su hermana mayor Donna (Keener). Will viaja con Donna a la casa de sus padres para revisar las cosas. La casa está en venta y sus padres se han mudado recientemente a un condominio en Florida. Will se muestra más práctico con respecto a las reliquias que guarda la tranquila casa, mientras que Donna expresa la tristeza de su hija adolescente Tallie (Annalise Basso) por perder el único lugar que guarda tantos recuerdos. Will pasa la noche en la casa desierta, mientras Donna regresa a su propio hogar.

Al día siguiente, Tallie intenta unirse a ellos para ordenar los recuerdos, pero es incapaz de conectar con las muchas cosas que son más antiguas que ella. Se va para unirse a su amiga Kathleen (Mikey Madison) en un viaje de fin de semana. Mientras se deshace de muchas cosas en un contenedor de basura, Will se encuentra con cartas escritas por su propio padre, Will, a su madre, Joy, que expresan, entre otras cosas, un profundo amor. Más tarde se queda dormido con discos que tocan jazz suave.

El sueño de Will se ve interrumpido por una frenética llamada telefónica de Donna. Un conductor ebrio ha atropellado el coche en el que viajaban las dos chicas y ha matado a Tallie. Patrick (LeGros), el marido de Donna, recoge a Will y se apresuran a consolar a una angustiada Donna. Más tarde, los padres de Kathleen, Peter (Oswalt) y Marge (Joanna Going) acuden a consolarlos también.