En 1870, el capitán Jefferson Kyle Kidd, un antiguo oficial confederado que sirvió en el 3º de Infantería de Texas, se gana la vida viajando de pueblo en pueblo en Texas y leyendo periódicos a los residentes locales por un precio de entrada de diez centavos. Tras salir de Wichita Falls, Kidd se encuentra con una carreta volcada en la carretera y descubre que el conductor, un negro liberado, había sido linchado. También encuentra a una joven blanca que se hace llamar Cicada y habla kiowa. Kidd se entera por los papeles de la chica de que es Johanna Leonberger, que había sido secuestrada y adoptada por Kiowa seis años antes. Las tropas del Ejército de la Unión descubrieron a Joanna mientras dispersaban un campamento kiowa y el liberto la llevó con sus tíos vivos. Una patrulla del ejército de la Unión que pasaba por allí le indica a Kidd que lleve a la niña a los oficiales de la Unión en un puesto de avanzada en un pueblo más arriba en la carretera. Kidd no tiene más remedio que aceptar.

En el pueblo, Kidd es informado de que el representante de la Oficina de Asuntos Indígenas del puesto no estará disponible durante tres meses. Kidd planea inicialmente dejar a Johanna al cuidado de sus amigos Simon y Doris Boudlin, pero acepta la responsabilidad de devolver a la niña a su familia en Castroville, a unas 400 millas de distancia, después de que ella intente imprudentemente huir con una banda de nativos americanos viajeros durante una tormenta. En Dallas, Kidd se detiene en una posada local dirigida por Ella Gannett, una vieja conocida que habla kiowa, y se entera de que la familia nativa americana adoptiva de Johanna también fue asesinada, lo que la convierte en "huérfana por partida doble". Tras leer las noticias la noche siguiente, Kidd y Johanna son abordados por tres ex soldados confederados que quieren comprarle a Johanna. Kidd se niega y huye con la niña, pero los hombres le persiguen en el desierto. A pesar de estar en desventaja, Kidd es capaz de matar a los hombres después de que Johanna señale que las monedas de diez centavos que Kidd ganaba con su trabajo podían ser utilizadas como munición improvisada para su escopeta.

En la frontera del condado de Erath, Kidd y Johanna son detenidos por los milicianos dirigidos por Farley, un barón ganadero racista que se hizo con el control del condado e hizo expulsar violentamente a todos los residentes no blancos. Farley coacciona a Kidd para que lea a sus trabajadores propaganda que lo glorifique, pero Kidd, en cambio, lee una historia sobre un desastre en una mina de carbón de Pensilvania que hace estallar a los trabajadores de Farley en una furia rebelde. Kidd y Johanna huyen en el tumulto subsiguiente, pero son rodeados por Farley y sus hombres. Justo cuando Farley está a punto de disparar a Kidd, Johanna mata a Farley con la escopeta de Kidd, y John Calley, uno de los secuaces de Farley que se inspiró en las palabras de Kidd, se encarga de los otros secuaces.

Mientras la pareja continúa su viaje, su carromato naufraga y su último caballo resulta mortalmente herido cuando Kidd pierde el control en un camino empinado. Kidd y Johanna continúan a pie. Tras soportar el calor y una cegadora tormenta de arena, se encuentran con un grupo itinerante de kiowas que le regalan un caballo a Johanna. Salvados por ese regalo, Kidd y Johanna llegan finalmente a la granja de los Leonberger. Kidd deja de mala gana a Johanna con sus tíos. Luego sigue hasta San Antonio para visitar por primera vez la tumba de su esposa María, que murió de cólera mientras él estaba fuera sirviendo en el ejército. Mientras se despide de María, Kidd se da cuenta de que Johanna se ha convertido en su familia, y vuelve a cabalgar hacia ella y se disculpa por haberla dejado atrás. Los tíos de Johanna permiten a Kidd criar a Johanna. Más tarde, el capitán Kidd lee con entusiasmo la noticia a una animada multitud en un gran salón con la asistencia de Johanna, y Kidd la presenta como su hija, Johanna Kidd.