Anne (Diane Lane) está en Cannes con su marido Michael (Alec Baldwin), un importante productor de cine. Al finalizar el festival se entera de que las vacaciones que ella y su marido iban a pasar en París se retrasarán un poco, ya que primero tienen que ir a Budapest. Planean volar a París, pero el piloto sugiere a Anne que no vuele debido a una infección de oído. El socio productor de Michael, Jacques (Arnaud Viard [fr]), se ofrece a llevar él mismo a Anne a París.

Lo que se supone que va a ser un corto viaje en coche se convierte rápidamente en un agradable viaje de placer, ya que Jacques, un amante de la comida francesa, no puede resistirse a aprovechar cualquier oportunidad que se le presente para detenerse cada hora más o menos para probar nueva comida. También coquetea abiertamente con Anne, pero ella empieza a cuestionar sus intenciones cuando él utiliza repetidamente su tarjeta de crédito para pagar la cuenta de las comidas gourmet que están probando.

Visitan una iglesia (la basílica románica de Santa Magdalena, del siglo XI, en Vezelay, Francia) donde Anne llora la pérdida de su bebé y le dice a Jacques que lleva su collar relicario en su honor. Comparten una cena romántica en la que Jacques admira la fotografía de Anne y le pregunta por qué no la comparte con su marido.

Más tarde, en el camino, Jacques le confiesa que sólo él sabe que la muerte de su hermano fue un suicidio, y que lleva esa carga para que su sobrino no tenga que saberlo. Finalmente llegan al lugar donde se aloja Anne y casi se besan, pero las puertas del ascensor les cierran el paso. Anne ve que Jacques se ha marchado, pero él vuelve para besarla apasionadamente y pedirle una cita con él más tarde en San Francisco.

A la mañana siguiente, justo antes de que su marido llegue a París, recibe un paquete de Jacques con rosas de chocolate y el dinero que le había prestado para el viaje. Incluye una nota que le recuerda el restaurante en el que se reunirán, y ella sonríe a la cámara, complacida.