Final de Parting Shots
(1999)Final de Parting Shots (1999)
Título original: Parting Shots
Sinopsis
Cuando le diagnostican un cáncer, Harry Sterndale decide matar a todos los que le han hecho daño. Al principio el plan de Harry funciona perfectamente, pero pronto tendrá que hacer frente a la persecución de la policia y de un matón profesional. Por otra parte, el diagnóstico médico no resulta tan fiable como parecía.
Michael Winner
Director
Michael Winner
Productor
Reparto principal
Chris Rea
Felicity Kendal
John Cleese
Ben Kingsley
Bob Hoskins
Diana Rigg
Como acaba Parting Shots
Harry Sterndale, un fotógrafo guapo (Chris Rea), es diagnosticado con cáncer de estómago y le informan que solo le quedan seis semanas de vida. Una vez un fotógrafo exitoso, Harry se vio arruinado por una estafa de inversión impulsada por su superficial exesposa Lisa (Diana Rigg), quien prontamente lo dejó por otro hombre. Después de meditar durante unos días, el normalmente de temperamento tranquilo Harry se fija en la venganza. Sin nada que perder, obtiene un arma del mercado negro y se embarca en una misión para matar a todos los que lo han agraviado, comenzando por Lisa. Después del tiroteo, la policía lo interroga, pero no cree que sea un asesino.
Harry luego apunta a Gerd Layton (Bob Hoskins), el financiero corrupto detrás de la estafa de inversión. Fingiendo ser un reparador, se infiltra en la casa de Layton y lo ahoga en su propia piscina. Su secretaria, Jill (Felicity Kendal), está al tanto del asesinato pero protege a Harry ya que sus propios padres fueron víctimas de la estafa de Layton.
Unidos por el crimen, Harry y Jill comienzan una relación. Visitan juntos un restaurante de lujo, pero son maltratados y echados por el chef esnob (Ben Kingsley). Más tarde esa noche, Harry regresa al restaurante y dispara al chef en el estacionamiento. Al día siguiente, Harry decide contratar a un sicario, Jamie (Oliver Reed), para que lo mate a él mismo y así poder darle a Jill el pago resultante del seguro de vida. Mientras tanto, la policía determina que el arma usada para matar al chef era la misma que se utilizó para matar a Lisa. La policía irrumpe en la casa de Harry, pero sin pruebas físicas, lo dejan libre de mala gana. Él pide prestado todo el dinero que puede del banco y lo gasta en hoteles lujosos y un auto nuevo. Las dos últimas víctimas de su ola de asesinatos son un abusón de sus días escolares y un antiguo jefe traicionero. Al regresar a Londres, le pasa el arma a Jamie ya que ya no la necesita.
Posteriormente, Harry es hospitalizado por su cáncer, pero después de una operación descubren que fue diagnosticado erróneamente y que los dolores de estómago se debieron a una simple úlcera. Tras las buenas noticias, Harry y Jill deciden casarse. Mientras salen de su hotel, Jamie dispara a Harry, sin embargo, falla y accidentalmente mata a un jefe de estado extranjero que se hospedaba en el mismo hotel. Jamie es detenido y, dado que estaba usando el arma de Harry y no tiene posibilidad de ser liberado, asume la responsabilidad de todos los asesinatos de Harry en un último acto de caridad.