Final de Perdónanos nuestras deudas
(2018)Final de Perdónanos nuestras deudas (2018)
Título original: Rimetti a noi i nostri debiti
Sinopsis
Amenazado por sus acreedores, un hombre que acaba de perder su trabajo acepta trabajar para un cobrador de deudas, pero pactar con el diablo tiene costes inesperados.
Antonio Morabito
Director
Duccio Cimatti
Fotógrafo
Amedeo Pagani
Productor
Reparto principal
Marco Giallini
Claudio Santamaria
Jerzy Stuhr
Flonja Kodheli
Agnieszka Żulewska
Peppino Mazzotta
Como acaba Perdónanos nuestras deudas
Guido vive solo en un decrépito apartamento de los suburbios de Roma. Su único amigo es su vecino, un excéntrico profesor universitario que divaga sobre política mientras juega al billar. Recientemente despedido de su puesto de técnico después de que la empresa de informática para la que trabaja se declarara en quiebra, Guido encuentra un trabajo de obrero como operario de carretilla elevadora en un almacén, pero enseguida es despedido por su ineptitud. Se pasa el día bebiendo en el bar local y alberga un afecto tácito por la camarera, una inmigrante albanesa llamada Rina.
Una noche, Guido recibe una paliza de un matón contratado por deber dinero a sus acreedores. Muy endeudado y con cuatro meses de retraso en el pago del alquiler, Guido acude a la compañía de crédito y le pide que trabaje para ellos sin cobrar, como forma de saldar sus deudas. A regañadientes, el director le pone en contacto con Franco, un agente superior del departamento de cobros de la empresa.
Franco toma a Guido bajo su tutela y le enseña a acosar a los deudores para que devuelvan sus préstamos. Impresiona a Guido con ostentosas demostraciones de dinero, como ofrecer una generosa propina a una camarera de un autoservicio para que se salte las normas y les traiga comida. También demuestra el poder que tiene sobre los deudores, condonando sus préstamos a cambio de bienes personales de valor sentimental.
Ahora que cuenta con algunos medios, la confianza en sí mismo de Guido se renueva. Frecuenta bares de clase alta con Franco y se venga de su antiguo jefe en su almacén. A pesar de ello, Guido tiene dudas sobre la moralidad de su trabajo, como la noche en que Franco le animó a dar una paliza a un deudor de la misma forma en que él había sido atacado antes.
Una noche, Guido invita a Rina a cenar a un restaurante de lujo. Sin embargo, el servicio de cena ya había terminado por esa noche. Emulando el comportamiento anterior de Franco, Guido da una gran propina al camarero para que les traiga la comida, pero éste se ofende y le ignora. Rina, poco impresionada, piensa que Guido es vulgar y se marcha.
Mientras Franco y Guido hacen su ronda, uno de los deudores se suicida saltando por una escalera ante sus ojos. Guido está traumatizado y le confiesa con lágrimas en los ojos a Rina su trabajo.
Al esperar a otro deudor en un cementerio, Guido se sorprende al ver que resulta ser su viejo amigo, el profesor. Guido y Franco discuten y Guido le ruega a Franco que cancele la deuda del profesor como había hecho con otros. Franco se enfada y le recuerda a Guido que cancelar las deudas le cuesta dinero, y se separan.
Guido vuelve al bar y se entera de que Rina ha abandonado la ciudad, aparentemente en busca de una vida mejor, como habían hablado antes. Franco confiesa sus pecados en una iglesia local y recita el Pater Noster, que incluye las líneas "Perdona nuestras deudas, como nosotros perdonamos a nuestros deudores".