Nueva York, 1934 - Christopher "Chris" Cross, un manso pintor aficionado y cajero de una tienda de ropa, es agasajado por su empleador por sus 25 años de servicio. Después de que el jefe de la empresa, J.J. Hogarth, regale a Chris un reloj de oro y unas amables palabras, Hogarth abandona la fiesta y se sube a un coche con una hermosa joven rubia. Chris reflexiona con un colega sobre su deseo de ser amado por una joven como ella.

Caminando hacia su casa por Greenwich Village, Chris ve cómo una joven, Katherine "Kitty" March, es atacada, y deja inconsciente a su agresor con su paraguas. Después de que Chris se apresure a llamar a un policía, el agresor, que en realidad es Johnny, el novio de Kitty, recupera el conocimiento y huye. Chris acompaña a Kitty a su apartamento. Sus nostálgicos comentarios sobre el arte le sugieren a ella que Chris debe ser un pintor adinerado.

Enamorado de Kitty y creyendo que ella siente afecto por él, Chris le habla de su matrimonio sin amor. Su arpía esposa Adele idolatra a su anterior marido, un policía que se cree que se ahogó al intentar rescatar a una mujer suicida.

Necesitando fondos para un turbio negocio, Johnny cree que Kitty debe jugar con la ingenuidad de Chris y fingir un interés romántico por el supuesto artista rico para estafarle dinero. Kitty convence a Chris para que le alquile un apartamento, sugiriéndole que podría utilizarlo como su estudio de arte. Para financiar el apartamento, Chris roba 500 dólares en bonos de seguros a su mujer y más tarde 1.000 dólares en efectivo a su empleador.

Sin que Chris lo sepa, Johnny intenta vender algunos de sus cuadros, dejándoselos a un vendedor ambulante que cree que no valen más de 25 dólares. Los cuadros atraen el interés del crítico de arte David Janeway, que declara la obra como excepcional. Después de que Johnny convenza a Kitty para que finja que los ha pintado ella, seduce a Janeway con las propias opiniones de Chris sobre el arte. Cautivado por los cuadros y por Kitty, Janeway promete representarla. Sin embargo, Adele ve los cuadros de su marido, firmados por "Katherine March", en el escaparate de una galería de arte comercial y acusa a Chris de copiar la obra de March. Chris se enfrenta a Kitty, que afirma que los había vendido porque necesitaba el dinero. Encantado de que sus creaciones sean apreciadas, le permite convertirse en la cara pública de su arte. Ella se convierte en un gran éxito comercial, aunque Chris nunca recibe nada del dinero.

El primer marido de Adele, supuestamente muerto, Higgins, aparece en la oficina de Chris para extorsionarle. Higgins no se ahogó, sino que desapareció tras robar 2.700 dólares del bolso de la mujer a la que había intentado salvar. Ya sospechoso de aceptar sobornos de los bares clandestinos, fingió su muerte para escapar de sus crímenes y de su mujer. Chris roba otros 200 dólares de la caja fuerte del trabajo para Higgins. Chris trama que Adele vea a Higgins, con la esperanza de que su matrimonio quede invalidado cuando Adele se dé cuenta de que Higgins sigue vivo.

Chris va a ver a Kitty, creyendo que ahora es libre y que ella se casará con él. Encuentra a Johnny y a Kitty abrazados, lo que confirma sus sospechas de que están involucrados románticamente. Sin embargo, Chris le pide a Kitty que se case con él, pero ella le rechaza por ser vieja y fea y se ríe en su cara. Enfurecido, la apuñala hasta la muerte con un punzón. La policía visita la oficina de Chris. Higgins les ha dicho que Chris malversó dinero de Hogarth, quien se niega a presentar cargos, pero despide a Chris. Johnny es arrestado por el asesinato de Kitty.

En el juicio, el pasado de Johnny juega en su contra. Chris niega haber pintado los cuadros, afirmando ser un artista sin talento. Varios testigos confirman el testimonio de Chris y dan fe de las fechorías y el mal carácter de Johnny. Johnny es condenado a muerte por el asesinato de Kitty, Chris queda impune y Kitty es inmortalizada erróneamente como una gran artista.

Atormentado por el asesinato, Chris intenta ahorcarse la noche de la ejecución de Johnny, pero es rescatado. Cinco años después, Chris se encuentra sin hogar y en la indigencia, sin poder reclamar el crédito de sus propios cuadros. Es testigo de cómo su retrato de Kitty se vende por 10.000 dólares. Atormentado por los pensamientos de Kitty y Johnny amándose eternamente, Chris vaga por Nueva York, escuchando constantemente sus voces en su mente.