Después de recibir una advertencia de no acudir a la casa familiar del lago en Maine, los hermanos Lyla y Ed organizan una intervención para su hermano, Martin, un veterano licenciado con deshonor que cree que los militares han experimentado con él. Cuando llegan, descubren que ha caído en una aparente psicosis paranoica y afirma haber atrapado a un monstruo en el sótano. Martin explica que encontró una vaina mientras cazaba en el bosque y cree que forma parte de una conspiración del gobierno para crear asesinos artificiales e inanimados. Posteriormente, Martin le arrancó varios dientes para encontrar lo que cree que es un dispositivo de rastreo. Sin embargo, como lo destruyó, no puede demostrarlo a sus hermanos. Cuando Ed exige ver lo que hay en el sótano, Martin se niega a dejarlo y revela los arañazos infectados que tiene en el torso y que, según él, se los hizo la criatura atrapada.

Ed, un profesional de la salud mental, insiste en que lleven a Martin de vuelta al hospital de veteranos, donde estuvo internado tras atacar a una enfermera, aunque Lyla quiere escuchar más de la versión de Martin. Martin escucha a Lyla y a Ed hablar de llevarlo de vuelta a la institución y se enfrenta a ellos con un cuchillo. Mientras intentan disuadirle, Martin anuncia que todos van a morir de todos modos y se corta la garganta. Mientras Ed intenta detener la hemorragia, Lyla entra en pánico. Ed la obliga a bajar a pedir ayuda, pero descubre que Martin ha cortado el cable del teléfono. Sin saberlo, también ha saboteado su coche. Después de que Martin muera por la pérdida de sangre, Ed abre de una patada la puerta del sótano atrincherado. Lyla le ruega que no baje, pero Ed dice que debe comprobar si hay algún herido cautivo.

Al principio, Ed no encuentra nada en la oscuridad, y cuando enciende una luz, se funde un fusible. Al volver a encender la luz, aparece una criatura humanoide, lo que confirma que Martin había dicho la verdad. La criatura ataca inmediatamente a Ed. Ed escapa a duras penas hasta la casa. Después de decirle a Lyla que huya de la casa, Ed se desorienta al recordar que Martin dijo que el monstruo tenía algún tipo de veneno alucinante. Ralentiza al monstruo apuñalándolo con una jeringuilla que contiene un sedante suave que había pensado darle a Martin, y luego recupera el rifle de Martin. Cuando el monstruo se recupera e intenta abalanzarse sobre él, Ed le dispara. Mientras tanto, Lyla descubre que el coche no arranca y corre a una casa cercana. Tras golpear la puerta sin resultado, detiene a un automovilista que pasaba por allí, identificado más tarde como Smith. Smith la interroga tranquilamente, le dice que la criatura no es una conspiración del gobierno y la mata de un tiro en la cabeza.

De vuelta a la casa, Ed celebra con delirio su victoria contra la criatura, a la que ha golpeado repetidamente con la culata del rifle para asegurarse de que está muerta. Ed llama a Lyla diciéndole que es seguro regresar; al escuchar esto, Smith le dispara y lo mata. Smith se pone en contacto con alguien a través de un walkie-talkie e informa de que la criatura está muerta, aunque no sabe si hay una colonia cercana de ellos. Después de dar sus coordenadas, Smith oye un ruido detrás de él. La criatura, aún viva, le ataca y le mata cuando se da la vuelta.