El reportero del Chicago Examiner Hildebrand "Hildy" Johnson (Jack Lemmon) acaba de dejar su trabajo para casarse con Peggy Grant (Susan Sarandon) y comenzar una nueva carrera, cuando el convicto Earl Williams (Austin Pendleton) se escapa del corredor de la muerte justo antes de su ejecución. Earl es un izquierdista empobrecido y torpe cuyo delito fue rellenar galletas de la suerte con mensajes que exigían la liberación del corredor de la muerte de los condenados por asesinato Sacco y Vanzetti, igualmente exagerados. La prensa amarilla ha pintado a Earl como otra amenaza comunista de Moscú, lo que significa que los ciudadanos de Chicago están ansiosos por verle también condenado a muerte.

Earl no ha salido de la cárcel y entra en la sala de prensa de la prisión mientras Hildy está sola allí. Hildy no puede resistir el atractivo de lo que podría ser la mayor primicia de lo que le queda de carrera. El despiadado y ególatra editor jefe Walter Burns (Walter Matthau), desesperado por mantener a Hildy en su puesto, le anima a cubrir la historia, frustrando a Peggy, que está deseando coger su tren. Cuando Earl está en peligro de ser descubierto, Mollie Malloy (Carol Burnett), una autodenominada "puta de 2 dólares de la calle Division" que se hizo amiga de Earl, crea una distracción saltando desde la ventana del tercer piso.

Cuando Earl es capturado, Hildy y Walter son arrestados por ayudar a un fugitivo, pero son liberados cuando descubren que el alcalde y el sheriff se confabularon para ocultar el indulto de última hora de Earl por parte del gobernador. Walter acepta a regañadientes que está perdiendo a su reportero estrella y le regala un reloj como muestra de su agradecimiento. Hildy y Peggy parten para casarse, y Walter telegrafía a la siguiente estación de ferrocarril para alertar de que el hombre que robó su reloj está en el tren que llega y debe ser detenido por la policía.