En febrero de 1966, mientras realizaba una misión de combate, el teniente Dieter Dengler, un piloto de la Armada estadounidense nacido en Alemania y perteneciente al escuadrón VA-145, que volaba desde el portaaviones USS Ranger, es derribado en su Douglas A-1 Skyraider sobre Laos. Sobrevive al accidente, pero es capturado por el Pathet Lao. El gobernador de la provincia ofrece a Dengler indulgencia si firma un documento condenando a Estados Unidos, pero se niega. Dengler es torturado y llevado a un campo de prisioneros. Allí conoce a sus compañeros de prisión: Los pilotos estadounidenses Gene DeBruin y Duane W. Martin, el operador de radio chino de Hong Kong Y.C. To, Procet y el empleado de carga tailandés de Air America Pisidhi Indradat, algunos de los cuales llevan años cautivos.

Dengler planea inmediatamente la fuga, pero sólo recibe la aprobación a regañadientes de los demás. Todos sufren desnutrición, condiciones antihigiénicas y abusos por parte de los guardias. Al cabo de unos meses, el suministro de alimentos empeora aún más y se enteran de que los hambrientos guardias planean matarlos y regresar a su pueblo, por lo que los prisioneros acuerdan poner en marcha el plan preparado desde hace tiempo. Este consiste en escapar a través de un lugar debilitado de la valla perimetral, dividirse en dos grupos, rodear la valla perimetral en direcciones opuestas, converger en la cabaña de los guardias durante la hora del almuerzo para abrumar a los guardias y ponerse en contacto con las fuerzas estadounidenses para su rescate.

Debido a que un grupo de prisioneros desobedece las órdenes de Dengler, la fuga no se desarrolla según el plan y casi todos los guardias acaban siendo fusilados. Con equipo y suministros insuficientes, los prisioneros se dispersan en la selva. Dengler y Martin forman un grupo, mientras que Gene y To parten juntos hacia un destino incierto.

Dengler y Martin intentan llegar al río Mekong para cruzar a Tailandia, fabricando una tosca balsa, pero quedan atrapados en los rápidos y en una cascada. Tras perder la balsa, Dengler y Martin son encontrados por una turba de aldeanos furiosos, que matan a Martin. Dengler escapa y huye de nuevo a la selva, escondiéndose de los aldeanos que le persiguen. Unos días después, es rescatado por un helicóptero estadounidense. De vuelta al complejo estadounidense al que es llevado, Dengler es aislado en un hospital para ser interrogado debido a la naturaleza clasificada de su misión. Recibe la visita de algunos hombres de su escuadrón, que le llevan de forma encubierta a su barco, donde es recibido como un héroe por la tripulación.