Una pareja, Kate (Thandie Newton) y Martin (Cillian Murphy), cuyo matrimonio está en crisis debido al aborto involuntario de Kate, se retiran a una isla aislada para arreglar su relación.

Unos días después, un hombre llega a la isla. El hombre, Jack (Jamie Bell), afirma estar en el ejército y le advierte a Martin de un virus fatal que es incurable y causa una muerte rápida y dolorosa. Les insta a que suban a la casa, pero sigue siendo errático en su comportamiento.

Martin sale a la calle y encuentra al dueño de la isla, Doug y su esposa, asesinados a tiros. Kate y Martin sospechan que Jack está loco.

Kate y Martin intentan matar a Jack, pero Martin comienza a toser sangre, una clara señal de la infección. Kate se ve obligada a dispararle a su marido para evitarle una muerte dolorosa.

Kate quiere respuestas de Jack y él confiesa. No hay virus en el aire; EL ES EL VIRUS. Fue probado por los militares que lo dejaron ir sin darse cuenta de que era portador y terminó matando a su esposa. Había ido a la isla para morir y dejar que el virus muriera con él. Kate y Martin desafortunadamente aparecieron allí.

Kate le ordena que muestre la radio, escucha que hay una cura, y hace que Jack se ponga en contacto con alguien.

Ella está enfurecida ya que Martin pudo haber sido salvado. Jack le ruega desesperadamente que no crea en las transmisiones de radio; El gobierno está limpiando su desastre y los matará a ambos.

Kate, no queriendo creerlo y entristecida por la muerte de Martin, le dispara a Jack con la escopeta. Kate lleva el cuerpo de Martin a la orilla para viajar en bote de remos cuando un helicóptero militar le dispara en la cabeza.

Jack tenía razón; no había cura y el gobierno estaba matando a cualquiera que creían que estaba infectado, desesperado por encubrir lo que habían hecho.