Tras la muerte de su padre, Rocco Parondi, uno de los cinco hijos de una familia rural italiana pobre, viaja al norte de Lucania para reunirse con su hermano mayor Vincenzo en Milán, dirigido por la matriarca Rosaria. Ella es la "mano a la que pertenecen los cinco dedos" y ejerce una poderosa influencia sobre sus hijos. Presentada en cinco secciones distintas, la película teje la historia de los cinco hermanos Vincenzo, Simone, Rocco, Ciro y Luca Parondi a medida que cada uno de ellos se adapta a su nueva vida en la ciudad.

Vincenzo, el hermano mayor, ya está viviendo en Milán cuando su madre y sus hermanos llegan a reunirse con él esperando mudarse con él. Se produce una escena inicial entre la familia Parondi y la familia de la prometida de Vincenzo, Ginetta, y toda la familia Parondi se muda junta. A pesar de los primeros roces entre Rosaria y Ginetta, pronto se casa y forma su propia familia. Tras establecerse, Vincenzo no se relaciona mucho con los hermanos Parondi.

Simone, el segundo hermano, lucha por adaptarse a la vida urbana. Se siente atraído por una prostituta llamada Nadia, que le insta a seguir una carrera en el boxeo, que su madre también alienta, como una forma rápida de alcanzar la fama y la riqueza. Nadia, después de perseguir inicialmente a Vincenzo sólo para encontrarlo feliz en su nueva vida familiar, vuelve su interés hacia Simone. Simone se enamora de Nadia y exige algo más que una relación casual, pero ella lo rechaza.

Rocco, el tercer hermano, se marcha a cumplir el servicio militar a Turín y conoce a Nadia, que acaba de salir de la cárcel por prostitución. Su inocencia y la pureza de su corazón la impulsan a abandonar su modo de vida y a entablar una relación exclusiva con él. Cuando Simone se entera, ataca a Nadia y Rocco con una banda de amigos y viola a Nadia para "dar una lección" a Rocco. Posteriormente, Rocco sacrifica su relación con Nadia, diciéndole que no se había dado cuenta del daño que su relación le hacía a su hermano. Rocco insiste en que Nadia vuelva con Simone, y ella accede a regañadientes.

Ciro, el segundo hermano más joven, quizás al observar las pruebas de Simone y Rocco, decide aprender de sus errores e imitar a su hermano Vincenzo. A diferencia de Vincenzo, Ciro sigue viviendo con su madre y participa en los asuntos familiares. Para ello, Ciro encuentra trabajo fijo en Milán en una fábrica de automóviles y se compromete con una mujer local de buena familia.

Rocco actúa a menudo para preservar el bienestar de los miembros de la familia a costa de su propia felicidad. Continúa con su carrera de boxeador sin disfrutar de ella para mantener a su familia y cubre a Simone de muchas maneras, como devolviendo un caro broche que Simone robó al jefe de Rocco. Después de que Simone pierda la capacidad de competir como boxeador, debido a su obsesión por Nadia, su alcoholismo y su estilo de vida disoluto, Rocco acepta firmar un contrato de boxeo a largo plazo para devolver el dinero que Simone despilfarró y no puede devolver. Mientras Rocco lucha y gana un combate de campeonato, Simone mata a Nadia en un ataque de celos cuando ella vuelve a prostituirse y se niega a volver con él.

Mientras la familia celebra la victoria de Rocco, éste comparte una anécdota sobre los albañiles, que, al comenzar a levantar un edificio, sacrifican un ladrillo arrojándolo a la sombra del primer transeúnte para asegurarse de que la estructura será sólida y perdurará. La propia costumbre de Rocco de sacrificar su dinero y su bienestar puede ser igualmente análoga, como intento de preservar a su familia tras su trastorno de la vida en el campo. Simone llega al apartamento y confiesa el asesinato de Nadia. A pesar de su angustia, Rocco intenta proteger a Simone, pero Ciro se niega a seguirle la corriente y se marcha para entregar a Simone a la policía.

El hermano menor, Luca, no hace mucho más que observar en silencio la mayor parte del tiempo. Al final de la película quiere volver con Rocco al sur, a pesar de haber pasado el menor tiempo en el sur de Italia antes de que la familia se trasladara a Milán. En una de las últimas escenas, Ciro habla con Luca a la salida de su fábrica y le dice que Rocco no volverá allí, aunque podría hacerlo, pero que no encontrará el sur igual bajo la presión del inevitable progreso y, aunque mucha gente teme un mundo cambiante, él no lo hace y cree que Luca se beneficiará de los cambios.