Final de Siempre a mi lado explicado
Hay una escena en los primeros momentos de la película en la que Charlie termina conociendo al paramédico, Florio, que le salvó la vida. Florio, que más tarde enferma de cáncer, le dice a Charlie que no se arrepiente de nada en la vida, porque llegó a experimentar un milagro cuando le salvaron la vida. Pero en ese momento, Charlie parece demasiado mal por la muerte de su hermano y se niega a creer que su vida tiene un propósito más profundo. Pero la noche en que Charlie descubre que Tess ha estado desaparecida todo este tiempo, la esposa de Florio se presenta en la cabaña de Charlie y le da el medallón de “San Judas” de Florio, ya que Judas es el santo de todas las causas perdidas.
Aquí es cuando la nota de Tess “Ven a buscarme” le da a Charlie algo de esperanza y ve un camino más claro a seguir. Incluso después de saber que no podrá jugar con su hermano, Charlie se arriesga a volver a navegar y encontrar a Tess. Con su amigo, roba un barco del muelle, y usando su experiencia como marinero, deduce dónde podría estar Tess. Paralelamente, al atardecer, Sam aparece para jugar con Charlie pero se da cuenta de que su hermano no va a ir más allí. Aunque le cuesta tragarse esta amarga verdad, la acepta y le dice a Charlie que siempre lo amará. Desde su estado de limbo, mientras Sam se dirige al cielo, se convierte en una estrella fugaz que guía a Charlie al lugar donde se estrelló el barco de Tess. Con esto, Charlie es capaz de llegar a su ubicación a tiempo y salvarla.
En los momentos finales de la película, aunque Tess no recuerda nada, afirma que vio a Charlie en sus sueños. Ahí es cuando Charlie le asegura que lo que vio no fue un sueño. Esto se remonta a todas las escenas en las que Tess tuvo su propia experiencia de limbo fuera del cuerpo. En la escena final, Charlie se embarca de nuevo en su barco y emprende un viaje para vivir su sueño de viajar por el mundo con Tess. Pero al mismo tiempo, le promete a su hermano que nunca lo olvidará.
El final muestra cómo Tess no sólo hizo que Charlie se enamorara, sino que le dio la oportunidad de dejar atrás todos los remordimientos que lo retenían. Charlie se culpaba constantemente de la muerte de su hermano e incluso cuando Florio intentó convencerle de que tenía un propósito más profundo, se negó a creerlo. Pero al final, se da cuenta de que la única razón por la que sobrevivió a ese accidente de coche fue para poder salvar más tarde otra alma de la muerte. Con esto, finalmente es capaz de dejar atrás todo su dolor ya que ahora entiende que todo sucede por una razón. O en otras palabras, como diría Florio: “Nada es una causa perdida”.