Sinkhole es una película cómica de catástrofes sentimentales que tiene su cuota de satisfacción y absurdo. Basada en Seúl, la capital de Corea del Sur, la película muestra a un puñado de personas que se quedan atrapadas en un bloque residencial, que cae en un socavón debido a las fuertes lluvias, y cómo sobreviven.

Para ser una película que trata de una catástrofe, no del tipo de San Andreas, pero sí de menor magnitud, en la que un solo edificio cae más de 500 metros por un socavón, Sinkhole hace un trabajo de lujo. No es un caos, por lo que sabes que se producirá algo más que destrucción. Tiene comedia. Tiene sentimientos. Así que consigue mantenerte, si no en atención, al menos te hace esperar para ver qué pasará a continuación.

Los personajes principales son Park Dong-won (Kim Sung-kyun) como marido, Yeong-I (Kwon So-hyun) como esposa, Jung Man-soo (Cha Seung-won) como residente, conductor y dueño del gimnasio, Kim Seung-hyun (Lee Kwang-soo) como subalterno de Park, Hong Eun-joo (Kim Hye-jun), el interés amoroso de Kim, y Jung Seung-tae (Nam Da-reum), el hijo de Jung.

Final de Sinkhole

El final de Sinkhole es edificante (también se puede tomar la palabra literalmente), pero no se puede negar su absurdo. Todos los sentimientos que encontramos hacia el final de la película se ven compensados por la cantidad de absurdos que se nos lanzan. Ya sea que la gente pueda respirar con facilidad a pesar de estar a tanta profundidad bajo la superficie de la tierra (500 metros aproximadamente), que todo el edificio conserve su estructura o que el tanque de agua sea amarillo. El absurdo alcanza el surrealismo, desde la forma en que las personas que se encuentran en el interior pueden permanecer selladas mientras están sumergidas en el agua durante tanto tiempo hasta el hecho de que un solo hombre sea capaz de empujar figuradamente ese tanque hasta la cima. Puede que a algunos les parezca exagerado, pero esto se debe únicamente a la forma en que se representaron estas escenas. El absurdo sólo aparece cuando uno lo piensa. En los demás momentos, el espectador está absorto en lo que está ocurriendo y esperando a ver qué va a pasar.

Desde el punto de vista simbólico, el final de Sinkhole habla de permanecer juntos incluso en medio del caos. 5 personas que apenas se conocen fuera de su mundo profesional al principio de la película se convierten en partes esenciales de la vida de los demás al final. Un padre y un hijo se dan cuenta de la importancia del otro, dos de ellos reconocen su afición por el otro, y un padre puede salvar a su hijo. Así que salvar vidas se retrata no sólo literalmente, sino también simbólicamente. Sin embargo, no pasa por alto la pérdida. Esto se hace evidente cuando Park Dong-won (Kim Sung-kyun) recupera algunos rasgos del niño que murió junto a su abuela.

En general, el final puede gustar o no. Pero sirve para elevar toda la película a algo más que una película de catástrofes. Aunque a nivel superficial, Sinkhole capta diferentes facetas de las relaciones y mantiene su género, es decir, la destrucción. Se nos recuerda una y otra vez que los personajes están en un "sumidero" hasta el final, cuando salen de él. El hecho de que se levanten y salgan del agujero representa simbólicamente que salen de un lugar oscuro hacia la luz con una mejor comprensión de la vida, el amor y la familia.