Ramira (Alexandra Jiménez) trabaja como criada y niñera de Laura (Silvia Abril) y sus hijos: Simeón y Ofendia (Óscar Lara y Laia Alda). Por desgracia, Ramira mata al niño, que padece fotodermatitis, a los pocos minutos de conocerlo, cuando le insiste en que salga a tomar el sol.

Ramira intenta ocultar su crimen y miente a Laura sobre la muerte de Simeón. Entonces conoce al hermano de Laura, Pedro San Antón, que es parapléjico como Ramón Sampedro (o al menos dice serlo).

La casa está llena de visitantes sobrenaturales, incluyendo un Hada (Michelle Jenner) y un Fauno (Joaquín Reyes), la mayoría de los cuales caen en manos de la psicótica Ofendia. Una de las que escapa a las atenciones de Ofendia es Maligna Escobero, una mujer aterradora que sugiere a Laura que haga que Simeón lleve una máscara de saco para protegerse del sol.

Ramira consigue la ayuda de José (Joselito), que convence a Laura de que él es Simeón, a pesar de la desventaja de ser un hombre de mediana edad. Sin quererlo, mata a su marido Antonio, alcohólico y en paro, y declara su amor a Pedro.

Laura empieza a sospechar que algo va mal cuando SImeón no aparece ni siquiera en su cumpleaños, y persigue a una figura con una máscara de saco por la casa.

Cuando escucha la bocina de la figura, sale corriendo a buscarlo en el bosque que rodea su casa, y se encuentra con su desaparecido marido Diego (Eduardo Gómez). Tras un breve pero activo reencuentro sexual, Diego vuelve a dejarla.

Pedro insiste en que no puede dejar a su hermana Laura hasta que no sepa la verdad sobre Simeón. Ramira regresa a su pueblo para buscar la ayuda de un místico local. Llegan justo a tiempo para ver morir a Maligna Escobero en un fatal accidente, ya que ni siquiera el doctor Nielsen (Leslie Nielsen) es capaz de salvarla.

Como la médium local Gerarda no puede ayudarles, la pandilla regresa a casa. Pedro opta por acabar con su vida, pero el proceso se complica por el difícil director que encuentra para hacer su vídeo de despedida.

Ramira acude a la cabecera de Pedro tras enterarse de que ha tomado cianuro, y se le unen el Hada y el Fauno. El Fauno le explica la enrevesada realidad: Pedro existe en el año 3028 y su realidad actual es todo un sueño. Tiene que elegir entre quedarse con Ramira o tirarse desde lo alto de un edificio para despertar en el futuro. Opta por quedarse con Ramira. Cuando el Fauno se vuelve violento, Ramira lo hipnotiza con una canción y lo empuja desde el edificio. Ella corre a abrazarlo, pero accidentalmente suelta el freno de su cama de hospital, haciéndolo caer del edificio. Pedro, cayendo en el infinito, consigue concentrarse y controlar su mundo onírico. Vuela hasta la cima del edificio y abraza a Ramira.

Mientras tanto, Laura sigue convencida de que Simeón está cerca de ella, ya que encuentra un rastro de juguetes fálicos abandonados por la casa. Finalmente recibe la visita del chico de la máscara de saco, que la dirige a un agujero en la pared. Resulta ser Ofendia, que la conduce hasta los restos mutilados de Simeón. Laura, desconsolada, se toma un gran puñado de pastillas, para darse cuenta de que son laxantes. Es visitada por Pedro, quien le dice que si se concentra, puede hacer que Simeón regrese. Simeón revive y Laura le abre las puertas de la casa diciéndole que no tiene nada que temer. Con su madre ocupada en el baño, Simeón sale de la casa con Ramira y Pedro, aunque no logra salir del todo.