Los padres de Ignacio, un misionero luterano escandinavo y un diácono mexicano, murieron cuando él era todavía un bebé. Ahora es cocinero del orfanato del monasterio de Oaxaca donde se crió, Ignacio sueña con ser luchador, pero la lucha libre está estrictamente prohibida por el monasterio, ya que se considera un pecado de vanidad. Aunque Ignacio se preocupa mucho por los huérfanos, no puede proporcionarles una comida decente por falta de fondos. También lucha con sus sentimientos hacia Sor Encarnación, una monja que acaba de llegar para enseñar en el orfanato. Una noche, mientras recoge una bolsa de tortillas para los huérfanos, Ignacio es asaltado por un ladrón callejero llamado Steven. Harto, Ignacio decide hacer caso omiso de las normas del monasterio y convertirse en luchador para ganar dinero. Convence a Steven de que se una a él prometiendo compartir el dinero del premio si ganan, y los dos se unen a una competición local como compañeros de lucha.

Ignacio lucha con el apodo de "Nacho" para mantener su identidad en secreto, mientras que Steven adopta el nombre de "Esqueleto". Pierden su primer combate, pero siguen recibiendo una buena paga, ya que los luchadores tienen derecho a una parte de los ingresos totales. Continúan luchando cada semana, e Ignacio utiliza el dinero para adquirir mejores alimentos para los huérfanos, pero se frustra al ver que el dúo nunca puede lograr la victoria en el ring. Ignacio intenta todo lo que se le ocurre, incluido un remedio popular para adquirir los poderes de un águila, pero el éxito sigue eludiendo a los dos. Entonces pide consejo al campeón de lucha Ramsés, que rechaza con arrogancia sus intentos de conversación.

Sin inmutarse, el dúo se infiltra en una fiesta que el mánager de Ramsés organiza para los mejores luchadores. Steven salta una pared para entrar, y descubre que para ser considerado profesional, uno debe ser el último luchador en pie en el ring en un próximo combate de lucha libre. Ignacio consigue entrar disfrazándose de miembro de una banda que toca para la fiesta, pero no conoce su material e improvisa; Ramsés encuentra molesta la actuación de Ignacio y lo expulsa. La asistencia a la fiesta hace que Ignacio se retrase en sus responsabilidades con los huérfanos, por lo que culpa con rabia a Steven, que toma represalias declarando que odia a todos los huérfanos; terminan con acritud su asociación.

El secreto de Ignacio se revela a todo el monasterio cuando su túnica se incendia durante la misa, dejando al descubierto su traje de luchador y obligándole a admitir que es un luchador. Declara que tiene la intención de luchar en un battle royale por el derecho a enfrentarse a Ramsés por un premio en metálico, que utilizará para comprar un autobús para los huérfanos. Durante el combate, el luchador Silencio resulta finalmente vencedor tras derrotar a Ignacio, que queda en segundo lugar. Ignacio es expulsado del monasterio, por lo que se va a vivir al "desierto", que en realidad no está muy lejos del pueblo cercano.

A la mañana siguiente, Steven viene a decirle que Silencio se ha lesionado y no puede luchar, y que como segundo clasificado, Ignacio tiene ahora derecho a luchar contra Ramsés; Ignacio y Steven acuerdan volver a formar equipo. Esa noche, Ignacio envía un mensaje a Encarnación, explicándole su plan y confesándole su amor.

Ignacio supera las dificultades y consigue hacerlo bien en el combate, ganándose el apoyo del público, pero Ramsés hace trampas y casi gana hasta que Ignacio ve a Encarnación entrar en la arena con los huérfanos. Inspirado por su apoyo, Nacho se repone y derrota a Ramsés con una técnica de clavado.

Ignacio se convierte en luchador profesional y consigue comprar un autobús para los huérfanos con el dinero de su premio; entonces lleva a los huérfanos, a Steven y a la hermana Encarnación de excursión a Monte Albán.